17 de mayo de 2017

Fresas salvajes 16 de mayo


Anoto fresas salvajes en mi libro de emociones.
Bergman retornando a sus padres.
Almuerzos en antiguos veranos.
El sol sobre blancos veleros.
Triunfos y estacas en 8 décadas.

Anoto  violencia en el matrimonio.
Herir con  palabras
Golpear con traiciones.
Dejar atrás la esperanza.
Traspasar amargura a los hijos.
A golpes por el amor y Dios.

Y anoto un sillón rojo.
Buenos días y una sonrisa.
Aquella procesión de  justos.
Vestido blanco para una dama.
Tu rostro en el salón del Colegio.
Tú recitando la pena.
El sombrero uniendo al universo.

Fue día de receta alemana.
Aros para gente de la tierra.
Béla Bartók en los campos.
Tus manos libres en mi alma.
Usted es culpable.
Culpable de amabilidad.

16 de mayo de 2017

¿Quién soy?

George Henry

¿Quién soy?
No el silencio que corre en mis ojos.
No el cielo que hoy me bendice.
Apenas el padre de Isidora,
Apenas mi mano en tu rostro.

15 de mayo de 2017

Sólo para días de lluvia


No olvide usted  su  receta de invierno.
Zapallo de tierras amigas.
Sometido al cuchillo y al rigor del cedazo.
Para luego descansar en agua tibia.
Conservando el amor por sus semillas.

En ese punto,  alquimia.
Leche de vaca bien cuidada.
Batido todo  con arte y saber.

Allí pausa y  música,
Optar por  tonos  de Violeta.
O varias sonatas de  Bach.
Mientras  levadura  y notas se besan.
Los ingredientes buscan su unidad.
Algo dulce y con memoria de luz.

Por otro lado,  el almíbar.
chancaca y  azúcar morena
agua clara de vertiente
Canela y cáscaras de sol.

Nuestra cocinera lleva  pies descalzos.
Azahar en el pelo.
Multitud de alegrías en su mente.
Un poco de lluvia sobre sus hombros.

Para culminar, el combate.
Alto fuego de aceites.
Cucharas horadando los centros.
Una  herida en el ojo del invierno.

Vendrá entonces el baño de almíbar.
Dulce memoria de abuelas.
Triunfo  de nuestra cocinera.
Trazos de música en el sabor.
.







14 de mayo de 2017

13 de mayo de 2017






Este trece de mayo
partió con  música de vida
Nirani Antara y su voz que sueña
Guitarra maestra la resguarda.
Hilo de humanidad  en sencillo cuarto.
Rayo de buena  luna frente a La Habana.

Luego, leer testimonios.
Carola entre el fogón y la añoranza.
Olor  de  cenizas.
Hazañas con harina tostada.
Mote pelado en agua de vertiente.

En nuestro desayuno: Isidora.
Notables trucos de magia.
Sobre Santa Inés el sol.
Mis ojos conversando con un nuevo mar.

Tras la lluvia.
Había ganas de besos a la ciudad.
Ella estaba nueva y clara
Hermosa luz bañada por su madre.
Bebé   riendo  en  tibia agua

A media mañana:  pruebas de karate.
Isidora feliz  en su abundancia.
Cortando el aire con sus manos.
Amarillo cinturón como trofeo.
En su rumbo:   rayos de esperanza.

Al almuerzo, celebrar a la campeona.
Pequeñas historias de Atenas.
Helado de pistacho.
Nuestra buena  amistad en los vaivenes.

Mas tarde Epicuro.
Noticias de  su jardín griego.
Su alma hecha de materia.
Placer como ausencia de dolor.
Amplia igualdad entre las gentes.
Aplicar filosofía.
Facultad Libre de Buenos Aires.

Horas después: picarones.
Rayo azul de su almíbar.
Aquel  jardín  amado por el cielo.
Carola hermana de Violeta
Bendito día principal.

En la noche, Valparaiso.
Pena por palabras quebradas.
Rosas celebrando al lucero.
Ronda de bien  para Fernando.
Pamela, su alegría es nuestra dicha.

Esteban en medio  de la noche.
Tati divorciada de su escuela.
Antofagasta mencionada.
Omer en varias estaciones.
Sofía presentando a su tribu.

En resumen:
Pequeños brotes de Melquisedec.
Recinto atacado por el tiempo.
Al traste con la palabra de paso.
Trazar caminos de encuentro.
Pensar y crear el 10 de junio.



Nota: El próximo trece de mayo, habrá que celebrar nuestro cumpleaños  con  la canción de Violeta.

Poema escrito en conversación con Isidora, Carola, Pamela, Fernando, Sofía, Tatiana y Esteban.




13 de mayo de 2017

Experto en besos



Me declaro experto en besos.
Venga y compruébelo.

Bosque Andino







Desde siempre he sido un bosque.
Ahora  despierta esa conciencia.
Soy plumaje verde de Los Andes
Piñones entre nubes de altura.
Lugar de güiñas  traviesas.
Hogar del Imbunche.
Sitio que vigila el nahuel.

Soy también la gente.
Eluney y Millaray
Barrio del Cauquén.
Aroma de Canelo y Amancay.
Hongos que  vuelcan la mente.
Lugar amado por la nieve.
La noche refugiada en mi vientre.

Desde mi altura
vi pasar los fugitivos
enamorados y solos
empapados de estrellas
llorando sobre la tierra infinita
mínimos en  la sombra nocturna
seguidos de cerca por serpientes.

Son extraños
y ahora vienen a morir bajo mi luna
tragados por  vientos de montaña
envenenados por la aurora
nuevos silencios eternos
rostros bajo el agua de mi estero
luces que en este instante se pierden,



El poema que  acaba de nacer, conversa con Paul Valéry en:










El bosque amigo


En las sendas pensamos cosas puras,
uno al lado del otro, fugitivos,
cogidos de la mano, y pensativos
en medio de las flores más oscuras.

Íbamos solos, como enamorados,
entre la verde noche del sendero,
compartiendo el fugaz fruto hechicero
del astro que aman los enajenados.

Después, muy lejos, en la sombra densa
de aquel íntimo bosque rumoroso,
morimos -solos!- sobre el césped blando.

Y arriba, en medio de la luz inmensa,
¡oh, amigo del silencio más hermoso,
nos encontramos otra vez, llorando!

12 de mayo de 2017

La puerta de Placeres


Tarsila do Amaral, autorretrato

¿Por qué llevas una flor invisible?
Porque hoy despierta mi cielo.
Viene a mi el poema del mundo.
Me buscan los sueños del viento.

¿Quién te ha dado esa flor?
Nació conmigo igual que el sol.
Fuimos océano en otra primavera.
Mayo besando a la lluvia.
Abrazo entre niños.
Día que brilla en el cuerpo.

¿A dónde llevas esa flor?
Vuelve a los hijos de mi pueblo.
Así retornarán  los jardines
y seremos el tiempo que canta.
y seremos  hermanos de nuevo.

11 de mayo de 2017

Maestra Vida



Cocina en inglés en Kitchen Community
kitchencommunity.wordpress.com


Muchas veces me he enamorado de ti.
Lo hice al  robar  chocolate desde tus dedos.
Al morder tu oreja izquierda.
Trazar mi sendero en tu cuerpo.

En nuestra cocina gobierna la canela.
La murtilla. El licor de guindas
Los anchos picarones del invierno.
Tu aroma guiando mis besos.

Muchas veces me he enamorado de ti.
Lo hice al probar el sol en tus pechos.
Al recibir tu perfume de granadas
y  elegir mi lugar en tus sueños.

En nuestra cocina gobierna la canela.
El maíz muy fresco.
Zanahoria y manzana ralladas.
Tus ojos creando lo nuestro..




10 de mayo de 2017

Cristián tocó la viola da gamba.

 
 
 
 
 
 
 
 
Dedicado a Claudio e Ignacio, que con su trabajo propiciaron estas letras.

Cristián tocó la viola da gamba
Ricardo, su nueva guitarra de luz.
La música ocupó mi espíritu.
Era el río Tajo jugando a  llamar.
Dormían aves en los árboles.
Una estrella buscaba avanzar

Cristián tocó la viola da gamba.
Ricardo, su nueva guitarra de luz.
Una tregua nació en mi espíritu.
Sentí las flores del río.
Había árboles abrazándose.
La paz alzaba su estandarte.
Mi noche volvió a comenzar

9 de mayo de 2017

Eliana Abarzúa y El Principito


 
 
 
Hace cuarenta años, tuvimos una  buena  maestra de castellano.

En ciudad borrada por el olvido nos enseñó  a viajar con Antoine.

Francisco Gómez sirvió a una rosa en las estrellas.

Jorge González  fue el aviador.

¿Quién fue el zorro?

¿A dónde nos llevó  aquel  ritual?

 

En papel roneo, Eliana  Abarzúa  imprimió  el guión.

Cargó  allí auroras y secretos.

Aquella libertad de  niños.

Poder inmortal de la rosa.

Antoine   caído ante los nazis.

El rito como acto de  unión.

 

Recuerdo  que fui  hombre de negocios.

y apenas vi un número en el salario del hombre.

En mi locura creí poseer estrellas.

Torres de aire.

Grandes montañas sobre mi tumba.

¡ Que necio  fui !

Hubo luz en  mi espíritu y no supe ser libre.
 
Llegó aquella alegría y no quise abrazarla.

 

Francisco Gómez tuvo una  rosa en las estrellas

Jorge González fue el aviador.

La rosa sigue niña  entre los cielos.

La maestra enseña entre recuerdos.

Aquí agradezco su luz.

8 de mayo de 2017

Melquisedec


He atisbado a Melquisedec.
Pasó fugaz en reflejos de mi espejo.
Despierta y crece en Maestros.
Enseña en escuelas del mundo.
Levanta su voz  en banquetes.
Vuelca en vino su luz.

Ah, bendito Rey de Salem.
Hombre convertido en Sol.
Conciencia abierta al universo.
Rosa de Buda y  Cristo.
Benigna Primavera.
Hombre en  presencia de Dios.

He atisbado a Melquisedec.
Abrió para mi las puertas del templo.
Trazó marcas en el camino.
Me dejó un abrazo de calma.
Brindó con su copa en mi mesa.
Es, entre nosotros, la paz.





Melquisedec, chispa de sereno espíritu divino en nuestra vida, expresa el sacerdocio propio del iniciado,enlazado al destello de luz espiritual  que es propio de lo humano.

En la imagen, esculturas de Melquisedec, Abraham  en  Isaac niño en Chartres.

La foto nació desde mi cámara.







Melquisedec en estudio de René Guénon.












RENÉ GUÉNON: EL CRISTO SACERDOTE Y REY








De entre los numerosos símbolos que han sido aplicados a Cristo, y de los cuales muchos se relacionan con tradiciones más antiguas, los hay que sobre todo representan a la autoridad espiritual en todos sus aspectos, pero algunos también, en su uso habitual, hacen más o menos alusión al poder temporal. Es así cómo, por ejemplo, frecuentemente se encuentra en la mano de Cristo el "Globo del Mundo", insignia del Imperio, es decir, de la Realeza universal. En la persona de Cristo, los dos poderes sacerdotal y real, a los que respectivamente se vinculan la autoridad espiritual y el poder temporal, son verdaderamente inseparables, y ambos le pertenecen eminentemente y por excelencia, al ser el principio común del cual proceden en todas sus representaciones.
Sin duda, puede parecer que, de manera general, la función sacerdotal de Cristo haya sido más particularmente puesta en evidencia; ello se comprende fácilmente, al ser lo espiritual superior a lo temporal, y la misma relación jerárquica debe ser observada entre las funciones que respectivamente les corresponden. La realeza no es verdaderamente de "derecho divino" en tanto no reconozca su subordinación con respecto a la autoridad espiritual, que es lo único que puede conferirle la investidura y la consagración que le otorgue su plena y completa legitimidad. No obstante, desde un determinado punto de vista, pueden también considerarse las funciones sacerdotal y real como siendo, en cierto modo, complementarias, y entonces, aunque la segunda, a decir verdad, tenga su principio inmediato en la primera, hay no obstante entre ellas, cuando se las considera así separadas, una especie de paralelismo. En otros términos, desde el momento en que el sacerdote, de una manera habitual, no es al mismo tiempo rey, es preciso que el rey y el sacerdote obtengan sus poderes de un origen común; la diferencia jerárquica existente entre ellos consiste en que el sacerdote recibe su poder directamente de esta fuente, mientras que el rey, en razón del carácter más exterior y propiamente terrestre de su función, no puede recibir el suyo sino por mediación del sacerdote. Éste, en efecto, desempeña verdaderamente el papel de "mediador" entre el Cielo y la Tierra; y no sin razón la plenitud del sacerdocio ha recibido el nombre simbólico de "pontificado", pues, como dice san Bernardo, "el Pontífice, así como indica la etimología de su nombre, es una especie de puente entre Dios y el hombre" (1). Si se quiere entonces remontar hasta el origen primero de los poderes del sacerdote y del rey, no es sino en el mundo celeste donde puede ser encontrado; esta fuente primordial, de la que procede toda autoridad legítima, ese Principio en el que residen a la vez el Sacerdocio y la Realeza supremas, no puede ser más que el Verbo divino.
Así, el Cristo, manifestación del Verbo en este mundo, debe ser realmente sacerdote y rey a la vez; pero puede parecer extraño a primera vista que su filiación humana parezca designarlo en principio para la función real y no para la función sacerdotal. Él es llamado el "León de la tribu de Judá"; el león, animal solar y real, emblema de dicha tribu y más especialmente de la familia de David, que es la suya, deviene así su emblema personal. Si el sacerdocio tiene preeminencia sobre la realeza, ¿cómo es que Cristo surgió de la tribu real de Judá y de la familia de David, y no de la tribu sacerdotal de Leví y de la familia de Aarón? Hay aquí un misterio del que san Pablo nos ofrece la explicación en los siguientes términos: "Si el sacerdocio de Leví, bajo el cual descansa la ley dada al pueblo, pudiera hacer a sus hombres justos y perfectos, ¿qué necesidad había de que surgiera otro sacerdote llamado "según el orden de Melquisedec", y no "según el orden de Aarón"? Porque, cambiado el sacerdocio, necesariamente se cambia la Ley. En efecto, de aquel de quien se predicen estas cosas pertenecía a otra tribu, de la cual nadie sirvió en el altar. Y es cierto que nuestro Señor procedía de Judá, y a esa tribu nunca atribuyó Moisés el sacerdocio. Todo esto es mucho más evidente aún si surge otro sacerdote según el orden de Melquisedec, que lo sea no por ley de ordenación y sucesión carnal, sino por la potencia de su vida inmortal, así como declara la Escritura: Tú eres sacerdote eternamente, según el orden de Melquisedec" (2).
De modo que el Cristo es sacerdote, pero por derecho puramente espiritual; lo es según el orden de Melquisedec, y no según el orden de Aarón, ni gracias a la "sucesión carnal"; en virtud de ésta, es la realeza lo que le pertenece, y ello es conforme a la naturaleza de las cosas. Pero, por otra parte, el sacerdocio según el orden de Melquisedec implica también en sí mismo a la realeza, pues precisamente aquí no pueden estar uno y otra separados, ya que Melquisedec es, también, sacerdote y rey a la vez, de modo que realmente es la figura del Principio en el que ambos poderes están unidos, de la misma manera que el sacrificio que ofrece con el pan y el vino es la figura misma de la Eucaristía. Es en razón de esta doble prefiguración que se aplica al Cristo la sentencia de los Salmos: "Tu est sacerdos in aeternum secundum ordinem Melchissedec" (3).
Recordemos el texto del pasaje bíblico donde se relata el encuentro entre Melquisedec y Abraham: "Entonces Melquisedec, rey de Salem, presentó pan y vino, pues era sacerdote del Dios Altísimo, y le bendijo diciendo: "¡Bendito sea Abram (4) del Dios Altísimo, creador de cielos y tierra. Y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos!". Y diole Abram el diezmo de todo" (5). Y he aquí en qué términos comenta san Pablo este texto: "Este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió al encuentro de Abraham cuando regresaba de la derrota de los reyes, y le bendijo, al cual dio Abraham el diezmo de todo, y cuyo nombre significa, en primer lugar, "rey de justicia" (6) y, además, rey de Salem, es decir, "rey de paz", sin padre, ni madre, ni genealogía, sin comienzo de días, ni fin de vida, asemejado al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre" (7).
Melquisedec es presentado como superior a Abraham, ya que le bendice, y "es incuestionable que el inferior recibe la bendición del superior" (8); y, por su parte, Abraham reconoció esta superioridad, ya que le dio el diezmo, lo cual indica su dependencia. De ello se desprende que el sacerdocio según el orden de Melquisedec es superior al sacerdocio según el orden de Aarón, puesto que es de Abraham de quien surgió la tribu de Leví y, en consecuencia, la familia de Aarón.
Es lo que también afirma san Pablo: "Y aquí (en el sacerdocio levítico), ciertamente, reciben el diezmo hombres mortales; pero allí, uno de quien se asegura que vive. Y, en cierto modo, hasta el mismo Leví, que percibe los diezmos (del pueblo de Israel), los pagó por medio de Abraham, pues ya estaba en las entrañas de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro" (9). Y esta superioridad corresponde a la de la Nueva Alianza sobre la Antigua Ley: "Y por cuanto no fue sin juramento -pues los otros fueron hechos sacerdotes sin juramento, mientras éste lo fue bajo juramento por Aquel que le dijo: "Juró el Señor y su juramento será inmutable: Tú serás sacerdote eternamente según el orden de Melquisedec"- por eso, la Alianza de la que Jesús es mediador y garante es más perfecta que la primera" (10).
Hemos debido recordar aquí estos textos esenciales sin por lo demás pretender desarrollar todos los significados en ellos implícitos, lo que nos llevaría muy lejos, pues hay en ellos verdades de un orden muy profundo y que no se dejan penetrar inmediatamente, tal como san Pablo tiene el cuidado de advertir: "Sobre este particular tenemos muchas cosas que decir, aunque difíciles de explicar, porque os habéis hecho tardos de entendimiento" (11). ¿Qué diría hoy, cuando las cosas de este género se han hecho completamente extrañas a la inmensa mayoría de los hombres, cuyo espíritu se ha vuelto exclusivamente hacia las solas realidades del mundo material, ignorando de antemano todo aquello que supera este dominio tan estrechamente limitado?
Lo que especialmente hemos querido dar a entender es que el orden de Melquisedec es a la vez sacerdotal y real, y que, en consecuencia, la aplicación a Cristo de las palabras de la Escritura que se refieren a ello constituye la afirmación expresa de este doble carácter. Es así cómo la unión de ambos poderes en una misma persona representa un principio superior a los dos órdenes en los que se ejercen respectivamente estos poderes considerados separadamente; y es por ello que Melquisedec es verdaderamente por todo lo que de él se dice "hecho semejante al Hijo de Dios" (12). Pero Cristo, siendo el Hijo de Dios, no representa tan sólo a ese principio de los dos poderes; él es este mismo principio en toda su realidad trascendente, "por la potencia de su vida inmortal"; toda autoridad tiene en él su origen, ya que es el "Verbo Eterno" por quien todas las cosas han sido hechas, tal como declara san Juan al principio de su Evangelio: "sin Él nada se hizo de cuanto existe".
A estos puntos de vista fundamentales solamente añadiremos algunas observaciones complementarias, y, en primer lugar, es importante señalar que la Justicia y la Paz, que son, como se ha visto, los atributos de Melquisedec, según el significado de su propio nombre y del título que le es dado, son también atributos que convienen eminentemente a Cristo, que es llamado "Sol de Justicia" y "Príncipe de la Paz". Debe además decirse que estas ideas de la Justicia y de la Paz poseen, tanto en el Cristianismo como en las tradiciones antiguas, y especialmente en la tradición judía, en la que se hallan frecuentemente asociadas, un sentido muy diferente de su sentido profano, y que precisaría de un estudio profundo (13).
Otra observación, que puede parecer singular a quienes no conozcan el genio de la lengua hebrea, pero que no es menos importante, es ésta: Melquisedec es sacerdote del Dios Altísimo, "El Elion"; y "El Elion" es el equivalente de "Emmanuel", pues ambos nombres tienen exactamente el mismo valor numérico (4). Esta equivalencia indica que se trata de dos denominaciones del mismo principio divino, considerado desde dos perspectivas diferentes; en el mundo celeste él es "El Elion"; en cuanto a su manifestación en el mundo terrestre es "Emmanuel" ("Dios con nosotros" o "Dios en nosotros"). De ello resulta la siguiente consecuencia: el sacerdocio de Melquisedec es el sacerdocio de "El Elion"; el sacerdocio cristiano, que es una participación en el mismo sacerdocio de Cristo, es el de "Emmanuel"; así, pues, si "El Elion" y "Emmanuel" no son sino un solo y mismo principio, ambos sacerdocios no son sino uno, y el sacerdocio cristiano, que por lo demás implica esencialmente la ofrenda eucarística en las especies del pan y del vino, es verdaderamente "según el orden de Melquisedec".
Finalmente, Melquisedec no es el único personaje que, en las Escrituras, aparece con el doble carácter de sacerdote y de rey; en el Nuevo Testamento, efectivamente, volvemos a encontrar la unión de ambas funciones en los Reyes Magos, lo cual puede hacer pensar en la existencia de un vínculo muy directo entre éstos y Melquisedec, o, en otros términos, que en los dos casos se trata de representantes de una sola y la misma autoridad. Ahora bien, los Reyes Magos, por el homenaje que rinden a Cristo y por los presentes que le ofrecen, reconocen expresamente en él a la fuente de esta autoridad en todos los dominios en los que se ejerce: el primero le ofrece oro y le saluda como rey; el segundo le ofrece incienso y le saluda como sacerdote; por último, el tercero le ofrece la mirra o el bálsamo de incorruptibilidad (15) y le saluda como profeta o maestro espiritual por excelencia, lo que directamente corresponde al principio común de los dos poderes, sacerdotal y real. El homenaje es así rendido a Cristo, desde su nacimiento humano, en los "tres mundos" de los que todas las doctrinas orientales hablan: el mundo terrestre, el mundo intermediario y el mundo celeste; y quienes se lo rinden no son otros que los depositarios auténticos de la Tradición primordial, los guardianes del depósito de la Revelación hecha a la humanidad en el Paraíso terrestre. Tal es al menos la conclusión que, para nosotros, se desprende muy claramente de la comparación entre los testimonios concordantes que, a este respecto, se hallan en todos los pueblos; y, por otra parte, bajo las formas diversas por las que se reviste en el curso de los tiempos, bajo los velos más o menos densos que a veces la disimulan ante las miradas de quienes se atienen a las apariencias exteriores, esta gran Tradición primordial siempre fue en realidad la única verdadera Religión de la humanidad en su conjunto. La ofrenda de los representantes de esta Tradición, tal como nos la refiere el Evangelio, ¿no debería ser considerada, si se comprende bien, como una de las más hermosas pruebas de la divinidad de Cristo y, al mismo tiempo, como el decisivo reconocimiento del Sacerdocio y de la Realeza supremas que verdaderamente le pertenecen "según el orden de Melquisedec"?
NOTAS:
(1). Tractatus de Moribus et Officio episcoporum, III, 9.
(2). Epístola a los Hebreos, VII, 11-17.
(3). Salmo CIX, 4.
(4). Es sólo más tarde que el nombre de "Abram" fue cambiado por el de "Abraham" (Génesis, XVII).
(5). Génesis, XIV, 18-20.
(6). Efectivamente, es lo que significa literalmente "Melki-Tsedeq" en hebreo.
(7). Epístola a los Hebreos, VII, 1-3.
(8). Ibid, VII, 7.
(9). Ibid, VII, 8-10.
(10). Ibid, VII, 20-22.
(11). Ibid, V, 11.
(12). La unión de los dos poderes podría incluso, en virtud de sus respectivas relaciones con los órdenes divino y humano, ser considerada en un cierto sentido como prefigurando la unión de las dos naturalezas divina y humana en la persona de Cristo.
(13). esta diferencia está claramente afirmada en ciertos textos evangélicos, por ejemplo en el siguiente: "Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo" (san Juan, XIV, 27).
(14). En hebreo, cada letra del alfabeto tiene un valor numérico, y el valor numérico de un nombre está constituido por la suma del de las letras que lo componen; así, el valor de los nombres "El Elion" y "Emmanuel" es 197.
(15). Los árboles de gomas o resinas incorruptibles desempeñan un importante papel en el simbolismo; en particular, con el sentido de resurrección e inmortalidad, han sido empleados en ocasiones como emblemas de Cristo. Es cierto que también se le ha dado a la mirra otro significado, que se refiere exclusivamente a la humanidad de Cristo, pero pensamos que se trata de una interpretación muy moderna, cuyo valor, desde el punto de vista tradicional, es bastante dudoso.

Estudio aparecido originalmente en la revista "Le Christ-Roi" (Paray-le-Monial, mayo-junio de 1927), publicado en "Etudes Traditionnelles", nº 369 (enero-febrero de 1962), y posteriormente, de nuevo en la misma revista en los números 500 (abril-junio de 1988) y 502 (octubre-diciembre de 1988). No retomado en ninguna compilación póstuma.




Chartres, Historia del Arte PUCV



7 de mayo de 2017

Para Camila




Digo 7 de mayo para pronunciar tu nombre.
 Pensar en el destino de tus ojos.
 Tu cuerpo creando otra vida.
 Giro y contragiro japonés

 Decido entonces tus regalos:
 La lluvia.
Vapor de café turco .
 Sombrero de maga hindú.
 El amor de un hombre por su piano.

 Pero también aros para tu hija.
 Una tarde en Pamplona.
 Cosquillas del invierno.
 Mi espíritu dibujado en tu mano.

6 de mayo de 2017

Órdenes de matar




https://youtu.be/ZLdwZ982kOo





Hay estrictas  órdenes de matar.
Marchar hacia el muro de piedra.
Herir con hierro los cuerpos
Quemar cartas de las madres
Cortar los brazos del invierno.
Dejar inerte nuestro cielo.

5 de mayo de 2017

Gran Arquitecto del Universo

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Llegas y eres  cielo que corta las rosas.
Aquel  árbol del sombrero rojo.
Mi amigo el  invierno.
La tumba que espera mi cuerpo.

Vienes y eres el circo.
Lenguaje de ojos.
Nuestro sol de otoño.
Viaje entre planos.
Mi viejo cuaderno de mitos.

Llegas y traes aroma a esperanza.
A zancadas vas pariendo siglos.
Vives en juegos de niños.
Memoria de actores.
Simple acontecer del vino.

4 de mayo de 2017

Casaciòn


Puse mi luz en la casación.
Esperanza para Rebeca.
Mis manos hilando argumentos,
Girando rumbos del viento.
Forjando mi propia paz.

3 de mayo de 2017

Esposa chilena




Como toda chilena: parí a mi marido.
Lo amamanté mil años.
Calenté su biberón en mis senos.
Cambié  sus pañales.
Vestí su cuerpo en el ataúd.

Taller de Oscar Castro





Estuve en el taller de Oscar Castro.
Allí  perdura el poema.
Madura la rosa.
Trabaja humilde el gigante.

Allí  es feliz la esperanza.
Cultiva su fuerza el  Minotauro.
Marca la tierra el Maestro.
Habla de paz nuestra acacia.

Sobre el mosaico:
notas graves y agudas
pensamiento y emoción.
antiguo lazo en la noche
es la  ternura que vuelve.


2 de mayo de 2017

Expectativas


Espero del día un poema de paz.
De la noche quiero un sendero de estrellas.
De tu cuerpo un abrazo.
De tu rostro: un silencio de luz.

Ofrezco al día  mi canasto de voces.
Entrego un alud de miradas a la noche.
A tu cuerpo mi asombro.
A tu rostro, mi frasco de sol.

1 de mayo de 2017

He olvidado lo nuestro

Joaquín Sorolla

He olvidado lo nuestro.
Pero no tu terror a los temblores.
No la certeza de tu piel.
No la caricia de tus ojos.

He olvidado tu ropa blanca.
La dureza de tus pechos.
Aquel  crujir de tu cama.
Placer que ondula en tu cuerpo.

Paseo del 30 de abril con G V e I



A veces se abre la pradera.
Cortamos el  acero  y borramos sus púas.
En  copas de  árboles
hay  duendes atisbando entre las ramas
y pasa el sol humilde entre las hojas.

A lo lejos obran  tractores.
Cruzan  aves desde otros inviernos.
Impera el azul en  los vacíos.
Vuelve  a mentir el reloj.
Surgen  gitanos con dientes de oro.




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