5 de septiembre de 2010

Simónides, polis andra didáskei






En la playa de Maratón,

te hablaron los escudos caídos,

las madres llorando a sus hijos,

el cercano mar embravecido,

el vino perdonando a los heridos.



En la ciudad,

observaste a los sabios

besando las manos de los ricos,

viste a los atletas

relucir en los estadios,

amaste los golpes de Glauco

los dardos desafiando al viento,

el elogio

perforando la verdad.



Te humillaste

en banquetes de tiranos,

recibiste pago

por cantar a las mulas,

fuiste pintando las islas

y los dioses,

los espíritus,

los torneos,

las bodas,

las derrotas.



Escenógrafo de la fiesta

y la tragedia,

tomaste el camino de Orfeo,

lo dibujaste en la mente de los hombres,

hablaste con la voz de los cielos,

con la fuerza del trueno.



Tanto viste

y todo quisiste recordarlo,

tornarlo canto,

imagen,

un lugar limpio

en nuestro templo.



Amaste el placer y lo humano,

tanto como Cástor quiso a Pólux,

buscaste la virtud,

practicaste el engaño del poema,

elevaste a siete las vocales,

gobernaste el sentido

de las letras.



León de Ceos

hiciste los viajes de Pitágoras

llevando tu ojo de artista,

inspiraste a los sabios,

jugaste al ajedrez de los misterios,

hasta ahogarte

en el oscuro vacío

y seguir viviendo en los cantos,

en la anécdota,

en la eterna memoria.







En la imagen, "Simónides preservado por los Dioses", grabado de Oudry, proveniente de http://www.musee-jean-de-la-fontaine.fr/

2 comentarios:

lichazul dijo...

épico canto
y sí, ha de seguir en la memoria colectiva
como muchos clásicos
y como otros new clásicos que se gestan en cada era

mitos...musas...íconos...genios
locos y guerreros todos girando en el reloj de la palabra

besitos de luz
ten una semana preciosa

Mª Ximena Núñez dijo...

uhhhhh cuantos cambios, hare andar mis blogs estan alicaidos

besosss

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años y años de blog!!!!