Gabriela Mistral entre masones
En los albores del siglo XX, Gabriela Mistral
encontró en los amigos de su padre, profesor primario, las bibliotecas, las
conversaciones y las oportunidades para publicar sus poemas en la prensa
radical del norte verde.
Estos círculos eran masónicos y la condujeron a
la Sociedad Teosófica, que le abrió las puertas culturales de México y Centroamérica,
por medio de sus revistas. La Sociedad Teosófica fue precursora de la
Masonería Mixta Chilena.
Esta conexión masónica- teosófica permitió que el
mexicano José Vasconcelos la
convocará a liderar el gigantesco desafío de llevar educación a las masas
indígenas y rurales de su segunda Patria. Para eso la llamó directamente
desde el gobierno del país del norte.
Los círculos masónicos la condujeron también a
Pedro Aguirre Cerda, que apadrinó su carrera pedagógica y diplomática, obviando
su carácter de mujer autoformada.
Asimismo, los círculos masónicos, alentaron las
búsquedas espirituales de Gabriela, que abordaron el Yoga, una amplia conexión
con el budismo y el cristianismo místico bajo el modelo de San Francisco de
Asís.
Con todo, en los liceos chilenos, Gabriela fue
distanciándose de la francmasonería o, mejor dicho, de la idiosincrasia de los
masones, pues ella no provenía de la Escuela Normal ni del Pedagógico, el
camino que seguían los francmasones educadores y sus esposas, grupo social que
veía con ojos de envidia el ascenso de Gabriela.
Por otro lado, le decepcionó que los radicales
no abordaran las injusticias del mundo rural. Ello explica su explícito apoyo a
los dirigentes de la Falange Nacional, precursora de la Democracia Cristiana y,
por cierto, de la Reforma Agraria.
Incluso al elegir su seudónimo, la poeta evoca un artista francmasón, revelando una conexión con Gabriele D'Annunzio y toda la rica tradición espiritual de Italia, que une a Francisco, Dante, Da Vinci, Verdi, etc. Además, el nombre Gabriel evoca la alta energía que proviene de Dios y que está presente en las distintas religiones abrahámicas.
Escritoras y Escritores masones Volumen II
Manuel Rojas, Vicente Huidobro, Carlos Droguett,
Alfonso Calderón, Alberto Romero, Modesto Parera, Teresa Willms e Isabel Morel
entre muchos otros, fueron francmasones.
Creo que hay en la textura de los libros un símil
espiritual del lazo que une conciencias y conforma una conversación entre hermanos.
Ello contribuye a explicar la notable
participación de los escritores en los talleres masónicos.
En el marco de esta actividad se rendirá homenaje a las destacadas educadoras Gloria Sepúlveda y Raquel Rebolledo y al maestro René Flores.
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