Nibaldo me mostró Temuco
Sus amplias plazas
Avenida Pablo Neruda
Liceo Gabriela Mistral
Reparó mi espíritu
junto a la flor azul
Me enseñó labertitos en el Municipio
El abrazo de Camilo Salvo
Aquel limpio respirar del Ñelol
Nibaldo me mostró Temuco
Sus amplias plazas
Avenida Pablo Neruda
Liceo Gabriela Mistral
Reparó mi espíritu
junto a la flor azul
Me enseñó labertitos en el Municipio
El abrazo de Camilo Salvo
Aquel limpio respirar del Ñelol
Julio Carmona
Guasch
Médico y profesor de ética
Oh tiempos
Invoco a la lluvia dormida
Jorge Teillier
Ligua y sus muertos
Carmona
Mérito del tambor bajo la niebla
Y aquí está Julio observando cuerpos
pensando lo que ocultan sus capas
decir y callar de la sangre
mirada y palabra del paciente
Lo imagino conversando en el aula
Empujando libertades
Evocando a Monet y Egon Schiele
Alzando la bandera del que sufre
Aquí está Julio Carmona en su cuarto oscuro
Ojos de niño en jardín de bondades
Hombre al interior del Hombre
Mi amigo en montañas del tiempo
Jorge tiene mirada de humanidad
Ve en sus pacientes la ternura
Acentos de la aurora
Flujo y reflujo de sus mentes
Elige involucrarse en el lenguaje
Arriesgar un abrazo
Empujar premuras de vida
Aceptar los misterios de la muerte
Es fotógrafo y captura instantes
Aventuras del colibrí
Trabajos del sol sobre las rosas
Bendita sonrisa de un niño
Es abuelo, padre y amigo
Recoge en su jardín los silencios
El coro amable de sus hijas
Naranjas que perdonan al invierno
Su declaración de voluntad anticipada
ya ha sido firmada
Elige dignidad en la muerte
Limitar invasiones
Despedirse consciente
El silencio abre y cierra mi alma
Pasa y retorna desde el cielo
Pesa como luz de estrellas
Lo diluye el pensamiento
Carlos Lorca Tobar
Psiquiatra y diputado detenido desaparecido
Carlos está suspendido en el silencio
El viejo elefante y el caballo han muerto
La Batalla de Chile se ha perdido
En Villa Grimaldi
se han hundido las estrellas
Carlos se excusa de matar arañas
Comparte joyas de su aurora
Delinea jugadas del futuro
Es feliz en “El Peral”
Respira en los bosques de Valdivia
Carlos ama la didáctica de su madre
Aprendió con ella a escuchar
Persuadir dialogando
Buscar pistas y señales
Develar los sentidos
Construir la realidad
Creen que al colgarlo podrán vencerlo
Pero él ya aceptó su destino
Alto precio por mantenerse erguido
Sostener el corazón del pueblo
Elevar su luz sobre la muerte
Carlos está suspendido en el silencio
No se encuentra en el dolor de la tortura
No rindió su conciencia
No bajó con su cuerpo a las honduras del mar
El tío está presente en nuestro hogar
Sabe hablarme con sus dedos
Arrancarse uno de ellos
Mantener el misterio
Persistir en la ilusión
El tío se parece a mi abuelo
Es su versión más locuaz
Posee su calma y su estilo de vestir
Un poco menos de estatura
Su misma dignidad de Maestro
Siembre con corbata y distinción
Tiene hijos en número de dos
Muy pocas veces los vi
Busca la luz de nuestra Olguita
Se acerca a ella que irradia alegría
y acompaña el atardecer de su papá
Su padre lo alimentó
de cordilleras
Fabricó para él una
flota de metal
Acorazados de robustos
cañones
Cruceros eléctricos
Un velero que resiste
el vendaval
Lo alimentó también de
libros
Aventuras de Salgari
Espadas de Alejandro
Dumas
Sol y muerte del
salitre
Raíces de Octubre
Proezas de Miguel
Strogoff
Sus hermanas lo
emplearos de muñeco
Príncipe de su reino
en el viento
Capitán Pirata
Arlequín porteño
Joven karateca en los setenta
Hermano perdido de
Tarzán
Tres hijos sembró sobre
la tierra
Uno brilla en Estrasburgo
Otro bajo el cielo de Brasil
y la niña junto al
abrazo de su padre
Dos hombres se han unido
en matrimonio
Uno con azul de
primavera
Otro con corona de sal
Dos han quebrado el
firmamento
Uno con el grito de su nombre
Otro con sus cuentas
de rezar
A ambos los llamo mis hermanos
Herederos del viento y
la tierra
Seres de fuego y compás
Dos hombres se han
unido en matrimonio
Ambos han llorado
sobre el cáliz
Ambos son obreros de
esta paz
Los pies de Carola son delgados
Traslúcidos
Casi unas máquinas de baile
Benditas obras del sol
Periódico “Don Cristóbal”, 6 de marzo de 1895
Eulogio Robles Pinochet
Alto Oficial de la República
Veterano de Chorrillos y Miraflores
Combatiente en Tacna y Arica
Voz de mando en el “Lautaro”
Fiel a Balmaceda
Condujo tropas en Pozo Almonte
Marzo 7 de 1891
Allí lo hirieron de gravedad
y concluida la batalla
asaltadas las ambulancias
con corvo y sable lo ultimaron
rompieron el honor de la guerra
mínima nobleza del que combate
Pienso en Julio Pinto Agüero
Jefe sanitario
Médico al servicio del Ejército
Trágica batalla de Concón
Cloroformo y pólvora en su piel
Agosto de 1891
Vencidos los regimientos del gobierno
Ambulancias fueron asaltadas
Sables rompieron a enfermeros
Remataron heridos
Degollaron cruz roja
Hundieron los altos principios de Ginebra
Ni la bata blanca
Ni el signo de paz en su brazo
Ni el grito de ¡Soy Cirujano!
lograron persuadir al odio
detener la bala que borró su frente
evitar el robo de sus metales
El ataque estuvo a cargo de Alejandro Valenzuela
En otra guerra paciente del médico
Con balas agradeció su ciencia
Su trabajo por Chile
Su arte de humanidad
En Quillota lo he visto pasear por los jardines del hospital
Saltar sobre los techos de las ambulancias
Besar a los niños en la frente
Sanar con su sola presencia
Don Antonio
Alumno de
Gonzalo Rojas y Victorio Pescio
Practica el
arte leer con excelencia
Así, le son
cercanas las estrellas
Cormoranes
Madreselvas
Siemprevivas
Habitan en
él:
Truenos de
un poema
Relatos de
otros rumbos
Sutilezas
de un instante
El espíritu:
sus campos y esferas
La ciudad inasible
de Valparaíso
Don Antonio
enseña
Muestra
mucho más allá de las tablas
Abre horizontes
divergentes
Estudia la
mirada del que asciende
La suma a
su Reino
La agrega a
su plano de existencia
Vuelve a
construir el Sinaí
Don Antonio
estudia
Es más Antonio
cada día
Más orfebre
de primavera
Más maestro
de tantos
Más señor
de la luz
Don Antonio
es gentil con sus alumnos
Con tenaz
alegría: abre puertas
Entrega
llaves y secretos
Insiste en
leer ensayos y aciertos
Hace seis
décadas
Mi madre ya
admiraba la estatura de su alma
Esa gran
cultura que porta
Ese caminar
tan presto
Las alas
que regala al conversar
Con él te
sientas junto a Fueyo y Couture
Hablas con Pedro
Lastra
Te ríes con
Cossio
Visitas la
alta voz de Lebu
Aprendes la
bondad de Alfonso Larrahona
En mi cuerpo vence el silencio
Pesan rodillas y párpados
El aire descansa en mi piel
Vo cayendo hacia la noche
Perforo las puertas del sueño