En mi alma aún cabe la hermandad
El peso azul de la verdad
Cien ciudades y sus recuerdos
La autoridad de tu boca y de tu paz
Gonzalo Villar creando nueva poesía.
En mi alma aún cabe la hermandad
El peso azul de la verdad
Cien ciudades y sus recuerdos
La autoridad de tu boca y de tu paz
No digas claridad
Di René Flores Castillo
Bendito sostén de la aurora
Conciencia forjada en La Normal
Hija, corre y abrázalo
Porque su ser es tesoro de infancias
Ha enseñado a cientos de maestros
y su alma es sitio de hermandad
No digas claridad
Di René Flores Castillo
Porque él construye futuros
y encarna la palabra libertad
Hija, corre y abrázalo
Porque su paso es el viaje de Chile
Luz que horada las sombras
Brisa que construye la paz
Hija. ¿Y si fueras maestra como tus ancestras?
Fecundo impulso de la luz
Bondad que abraza
Alma que comparte el poema
No moriré hoy
Tal vez me diluya en los cielos
Q quede viajando en estas letras
No moriré hoy
Tal vez aún estoy en un abrazo
O sea simplemente un recuerdo
Oluf Christiansen nació en Dinamarca
y nuestra madre lo parió en Coronel[1]
Océano y tormenta moldearon su carácter
Estrellas del norte y el sur fueron sus hermanas
Llamó al viento su mentor
y el sagrado compás
fue el centro de su luz
Honor y humanidad
lo impulsaron a rescatar náufragos
organizar voluntarios
fundar el Bote Salvavidas[2]
escoger las naves adecuadas
probarlas contra los golpes del mar
En Bethesda y Marina[3]
cultivó su espíritu
y con cada golpe de mazo
fue incrementando su luz
aunando voluntades
desafiando sin temor la tempestad
primer viaje al interior de la conciencia
Francmasón de la logia "Benjamín Franklin", de Santiago, cofundador de la Comisión Chilena de Derechos Humanos en noviembre de 1978.
Gonzalo Taborga fue Maestro de Justicia
Supo ser leal a su estrella
Derrotó su miedo y su silencio
No ahogó en el fango su luz
No lamió botas del invierno
Fue activo combate contra el mal
Gonzalo fue leal con sus hermanos
Los buscó en el centro del infierno
El compás gobernó su conciencia
No el apego al dinero
No el terror de los corvos
Sí, nuestro amor de humanidad
Una tarde lo encontré junto a Bruckner
Brillaba luz en sus palabras
Su amplia cultura deslumbraba
Había alegría en su sonrisa
Sencilla alegría de los justos
Hijo de Hugo Cabezas Aranda, Maestro de la
logia “Deber y Constancia” y hermano de Ricardo Cabezas Quijada, Maestro de la logia "Atenea", ambas de Santiago
En la Textil Comandari, mi hermano fue interventor[1]
Allí el trabajo alcanzó su primavera
Cada turno fue despliegue de energía
Esperanza de tejer auroras
Orquesta de herramientas
Continua faena de paz
Aquel martes estaban en pleno concierto
y Antonio convocó con urgencia a una Asamblea
transmitió palabras del Presidente
instó a proseguir la acción
no detener las máquinas
seguir hilando el futuro
Arrestado fue en la misma fábrica
Junto a obreras y obreros
fue llevado al Regimiento Tacna
soportó el Consejo de Guerra
dos meses de prisión por utopista
allendista
sensato conductor del pueblo
Es agosto de 1974 y la DINA[2] no está conforme
golpea la puerta de su hogar en Agustinas
al salir del edificio cruza un beso con su esposa
piensa en la vida que surge en su centro
aquel hijo anhelado
la muerte atrapando su destino
Lo suben a un auto
la máquina se torna pequeña en la distancia
es apenas un punto
y mi hermano comienza a ser recuerdo
misterio
nombre en Revista Lea[3]
leyenda del Chile Justo
leyenda de la Patria Obrera
[1] Era un militante socialista veinteañero dotado
de gran don de liderazgo. Ex alumno del Instituto Nacional José Miguel Carrera,
[2] Dirección
de Inteligencia Nacional
[3] Montaje de los servicios secretos denominado “Operación
Colombo”, ocurrido en 1975, que hizo aparecer
en Argentina la Revista Lea y en Brasil la Revista O´Dia para
hacer creer que personas secuestradas y asesinadas habían muerto en contiendas
internas fuera del país. Estas noticias falsas fueron ampliamente difundidas
por “El Mercurio”, “La Segunda”, “Las Últimas Noticias” y “La Tercera”
Mi madre
fue secuestrada por la Armada
Silva Palma
fue su reino de dolor
La vejaron
junto a su hermana de 14 años y mi abuela
Arrancadas
fueron desde su hogar y sus cuadernos
Desde
aquellos nombres azules de sus muñecas
Fulgor de
humanidad en el Cerro Florida
Mientras
en el barrio
despedazados
caían los volantines
vivieron
ruina y terror de la República
fueron
ternura y canción entre cadenas
melodía
sujeta a tormentos
sol entre
penumbras
secreto
del viento en Valparaíso
Mi
madre y su hermana
fueron secuestradas
por la Armada
enérgicas
descargas traspasaron sus entrañas
manos
feroces golpearon sus sagrados cuerpos
eran
peligrosas sus medias azules
sus blusas
escolares
aquellos
delantales manchados de acuarela
Ellas
hablaban con lenguaje de futuro
cantaban
en patios y marchas
irradiaban
en las calles su luz
Febrero de
1974
A sus 17
años, Morelia mi madre
traspasó
los umbrales del terror
Mi hermana nació para enseñar
y ha hecho de su vida una obra de amor
De niña formó un aula de muñecas
forjó pizarrones y cuadernos
traspasó con ellas los muros de la aurora
Con luz de adolescencia
fue monitora en el Liceo
infundió alegría a sus amigas
borró el miedo a las fórmulas
explicó teoremas y prosodias
elevó su bandera de arrebol
Ya maestra en forma
Supo ver en los niños su conciencia de estrellas
Abrazó con ternura aquellas penas enormes
Derribó el laberinto de la apariencia
Ayudó en la gramática del espíritu
Unió corazón y pensamiento
Retirada de patios y campanas
siguió enseñando por amor a la Luz
se ocupó de los que iban rezagados
agradeció a las fuentes de la vida
acarició al Minotauro
tejió con él las alas de los cisnes
vuela ahora sobre los nombres de las cosas
cuida con esmero a su padre
lo recibe para aprender junto a él
En el reino de las cosas
solo me falta tu nombre
la palabra que gira en tu frente
aquella fuerza que teje la aurora
Soy la sombra de un árbol
Yo, aquella que camina junto al hombre
Yo, la que repite el viaje del ave
Yo, tu noche interior
El reino en que viajan tus sueños
Avísame si crece el silencio
y yo vendré a rezar por tus ojos
encender el océano
perdonar al sol
Avísame cuando triunfe la noche
y el hombre sea uno con el miedo
poeta sin voz
hombre el fin del mundo
El día canta
Instala su voz en mi alma
Que nadie duerma
Que nadie se espante
La paz perdura en el canto
Que venga este mes a llevarse mi nombre
Aquí lo espero con mi raqueta de tenis
Cierto tablero de damas
La hoja en que escribo mis sueños
Este fin de mundo es para ti
También el libro que escribe mi alegría
La rosa que vuela en tu nombre
La sombra, el fuego, la fe
En cada fin del mundo hay un Anticristo
Cierto paraíso perdido
Seres orando
Espada y fuego en el horizonte
La tierra perdida bajo la lluvia
Soy de acero
Un ser azul en tu alma
La espada que olvidaste en el cielo
Tu corona en el mes de mayo
Pienso en mi hija
La abrazo en la distancia
Le envío el poder de mi alma
Calles y Ciudades de Viento
Un colibrí con certezas
Doce pequeños temblores de luz
Mi Ñaña se alimenta de luz
Canta lo que crece en su alma
Habla quechua y voces de octubre
Viaja como lo hacen los vientos
Tiene su origen en la aurora
Bendice con su abrazo
Baila en nuestra playa blanca
Cuida y sostiene la paz
Entre los pueblos del mundo:
La paz
Arte que defiende muestra aurora
Canto fratermal
Danza elemental del corazón
Dónde está mi pueblo y su luz que canta
Su alma marchando en Alamedas
Sus banderas amadas por el viento
Su sagrado amor por libertades
Pienso en Copiapó
Sus diarios de plata
Nuestro sol escribiendo sus csmimos
Rutas y soledades del desierto
Despertares del sol
Chañarcillo esquina Primavera
Me falta Copiapó
porque me faltan mis abuelos
Aquella selva que hubo
La luna guiando al caminante
Milagro del agua entre las piedras
En Atacama las flores brincan desde el mar y una rosa de vientos
Añañucas con rostro de sol
Huellas de camanchaca
Bulbas anidadas en la arena
Ojos y alma del desierto
Antes de ser de piedra
Evidentemente fui de agua
Corriente de mar
Cierto cuerpo de olas
Espuma blanca en los brazos del sol
Todo lo azul pertenece al viento
también lo que piensa el silencio
los hilos de luz
la lluvia que vuela en sus sueños
Álvaro Quintanilla Pérez
Me encanta el oleaje sereno de su voz
Su dominio impecable del ius
Aquella alegría de explicar armonías
Soluciones coherentes
El sello del equilibrio en las reglas de Bello
En sus gestos
Denota que ama enseñar
Impulsar el poder de la fragua
Compartir con espíritus
Superar el simple comentario de las reglas
En nuestra antigua embarcación
Es de los pocos que ama con fervor la
Democracia
Lo deja traslucir en sus lecciones
En su impronta igualitaria
En su amor por la paz
Tu culo es un punto de luz
Maravilla del rock
Espacio que brilla en la tarde
Episodio del sol en mi alma
La ciudad espera tener su nombre
Yo espero que el viento me contenga
Y mi estrella asegure su alma
Asegurando millones de auroras
Impulsando el amor en las conciencias
Las conciencias se alzaron de sus sitiales y aplaudieron
Reconocieron una vida de esfuerzo
Un ir y venir entre abrazos
Luces del silencio
El pulso y la vida de Emilio Fernández
Cada día es jornada luz
Ocasión de abrazar a los padres
Leer el firmamento
Beber la música y el azul de los templos