18 de febrero de 2010

Kawellu Ko Cauñicu Caballo del Agua






kawellu ko – Cauñicu – Caballo del agua



En la laguna, gobierna la paz de los caballos.

Ellos son reyes de la montaña,

eligen sus propios nombres,

aceptan o rechazan su carga,

escogen y crean sus caminos.


Mi maestra fue llamada por Maniquilein.

Los crines rojos de la yegua

buscaron la piel de Amla,

compartieron manzanas,

jugaron en los bosques

visitaron la sombra de las rocas.


El corazón del animal rezaba,

había alegría en sus latidos,

amor por su hijo,

música del tiempo en sus entrañas,

mundo y más mundo en su alma.


La yegua de intenso rojo

mostró a mi maestra todo el territorio,

incluso el estero de Matruco,

la propiedad del temible Castrón,

animal que inclinó su cabeza

y abrochó su camisa

al paso de ambos seres de luz.






Escribo este poema por encargo de Amla, inspirado en su viaje a la laguna de Cauñicu en el Alto Bio Bio.
Hace muchos años atrás, el territorio del que hablamos llevaba por nombre Kawelluko. Según don José Segundo Pavian Montre, el nombre de Cauñicu tiene un origen asociado a los caballos.
Según se cuenta – nos expresa don José - un anciano de origen Pehuenche vio en la laguna de Cauñicu un hermoso caballo que se encontraba muy tranquilo sobre las aguas de la laguna.
El anciano al verlo sintió miedo y una gran sorpresa por tan precioso animal. Pero en ese tiempo no se hablaba español sólo chedungün. El anciano muy emocionado contó al resto de los habitantes que había visto un kawello ko, caballo del agua.
En la laguna al oír esto los habitantes bautizaron el lugar como Kawellu ko y sólo con ese nombre se conocía la comunidad. Con el transcurso del tiempo comenzó a llegar gente colona y como no podían pronunciar kawellu ko la nombraron Cauñicu, lo cual no es correcto.
Relato: José Segundo Pavian Montre
Transcripción: Francisco Maripil Rubio

El estero Matruco de Cauñicu
Según los kimche que hace muchos años se vio un perimantun o visión en el estero de Matruco. Dicen que se vio un castrón que estaba descansando sobre una gran piedra. Cuentan que ese castrón tenía mucho poder o fuerza negativa que venía de la naturaleza.
Un día se llevo a un joven a hacer una prueba con el castrón. La prueba consistía en que el joven debía vencer con sus fuerzas al castrón, pero el joven no fue capaz de vencerlo y lloro mucho porque le ganaron a las fuerzas espirituales que él tenía. Por esa razón, el joven era muy sensible. Dicen que cuando se juntaba con sus amigos a compartir un trago, el joven lloraba mucho, porque sus espíritus ya no estaban con él, pues la fuerza negativa del castrón se los había quitado.
La fuerza negativa, como la del castrón existe, pues muchos de estos animales se ven en el río, el estero, la cordillera y en los árboles. Por eso, a pocos metros del estero Matruco, han muerto personas desriscadas o que se le asustan los caballos al pasar por allí, porque el castrón permanece vivo, pero escondido. Hay personas en Cauñicu que han tenido visiones en ese lugar. Otros lo sienten al pasar de noche por ahí. Por esa razón se llama Matruco, que quiere decir “Agua del castrón”. Aún el castrón es respetado por los Pewenche de Cauñicu.
Relatos de los Kimche de Cauñicu
Escrito por Santiago Porteño Naupa


Fuente: http://www.nuestrobiobio.cl



Las fotografías pertenecen al flickr de Pablo Azúa. Corresponden a una visión panorámica del Alto Bio Bio y a la laugua de Cauñicu.

2 comentarios:

Beatriz dijo...

Bello poema,¡Cúanto he disfrutado con él y con las leyendas!
Muy buena los últimos versos,cuando "...del temible castrón animal que inclinó su cabeza y abrochó su camisa al paso de los dos seres de luz".
Hasta los más feroces hacen reverancias a la bondad y a la belleza del alma.
Enhorabuena -

°°Janekeo°° dijo...

Amigo hermoso, gracias por regalarnos este poema, se agradecen las reseñas también.

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