24 de abril de 2010

cristales sobre mi alma.





Vi mi vida en la mirada de un gato
,

era corta y sin sorpresas,

gris como la historia de un divorcio,

moderada y cauta

como una camisa blanca,

hecha de horarios y audiencias,

de esposas y minotauros.


Me vi en los ojos de Isidora

y tenía la elegancia de un viejo libro,

la potencia de un puma,

los modales de un mago

y de un filósofo.



Me vi en las fuentes de mi madre

y tenía las mechas tiesas,

estaba recién salido del barro,

amigo de los ríos,

heredero de todas las almas.


Al amanecer,

escuché mi propia luz,

al menos, los tubos que aún funcionan,

me vi robando los ritos de la aurora,

escribiendo para curarme del fascismo,

observando el vapor en las cocinas,

escuchando cantar a mi hija.


En fin, decidí no morirme.

Al menos no, mientras viva mi madre

e Isidora no cocine con albahacas

y monte su propia obra de teatro.


Gabi y Beatriz serán las críticas invitadas.

ojalá lo encuentren todo malo.

De lo contrario, tendré que morirme en paz.




En la mirada de un gato, está Georges Brassens y su testamento.

No pase sin hacer clic.

La imagen proviene de pixdaus.com

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