23 de julio de 2010

Federico Santa María Carrera




Federico Santa María Carrera

vio de lejos a Porfirio Díaz,

en veleros dio la vuelta al mundo,

estuvo en Japón y en Ceilán,

siempre fue un Carrera orgulloso,

estudió los modales de la betarragas,

huyó de la guerra del pacífico,

se opuso a Balmaceda,

predijo los movimientos del salitre,

fue lanchero y comerciante de frutas,

fundó la Marina Mercante,

odió los billetes sin respaldo,

defendió la grandeza del oro,

promovió el Banco Central,

dos veces compró toda el azúcar de Europa

y vendió esos cristales como diamantes,

hasta sentarse sobre un océano de millones,

vivió en Paris por cuarenta años,

incluso en tiempos de la Gran Guerra,

cuando ayudó a crear un hospital

y se abstuvo de lucrar con la muerte,

usó tacos para verse más alto,

creyó en la educación,

perdió fortunas en el acero

y en el Expreso de Oriente,

amó a los Estados Unidos,

la democracia

y los espíritus de la música,

no quiso a su única hija,

dejó su riqueza a Valparaíso,

al desvalido meritorio

y los proletarios de este sur,

confiando en Edwards y en Van Buren,

gran adversario de los frailes,

amigo de los Matta y los Gallo,

aunque su sobrino se opuso a don Pedro

y pedió por dos mil votos el año 38

luego de la matanza del seguro obrero

y de Violeta cantando en el Estadio Nacional.




La imagen proviene del sitio de la Universidad Técnica Federico Santa María.

1 comentario:

fgiucich dijo...

La historia hecha verso. Abrazos.

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años y años de blog!!!!