25 de septiembre de 2011

Cerrada la puerta



Nada recibo de ti
ni la mudez  punzante de tus ojos
ni la pequeña insurrección de la tarde
ni tu sombra orinando  sobre piedras

Sólo me queda  este silencio
tu alma copiada en mis poemas
tu nombre en cada letra de mi cuerpo

 
 
Este texto conversa con la poeta porteña Karen Toro en:
 
 
 
Qué le puedo dar yo




Qué le puedo dar yo

después de quedar muda

al mediodía,

con el silencio hasta en la sangre

con usted

que se puso a vivir

en las letras de mi nombre.




La fotografía es de Verónica Quensel y proviene de  "Con Rimel Producciones"

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