5 de mayo de 2013

Caen






Los días caen y caen
y van perdiendo peso en su caída
hasta que se hacen ligeros como el olvido
y apenas muestran su máscara en los cines
en los viejos cuadernos de los niños
en los números que adornan nuestros nichos.


Este texto conversa con Gonzalo Rojas en:


¿A qué mentirnos?
Vivimos, gran Quevedo, vivimos tiempo que ni se detiene, ni
tropieza, ni vuelve.

¿A qué mentirnos con la llama del perfume, con la noche moderna
de los cinematógrafos, antesalas terrestres del sepulcro?
Pongamos desde hoy el instrumento en nuestras manos.
Abramos con paciencia nuestro nido para que nadie nos arroje por lástima al reposo.
Cavemos cada tarde el agujero después de haber ganado nuestro pan.

Que en esa tierra hay hueco para todos: los pobres y los ricos.
Porque en la tierra hay un regalo para todos:
los débiles, los fuertes, las madres, las rameras.
Caen de bruces. Caen de cabeza o sentados.
Por donde más les pesa su persona, todos caen y caen.
Aunque el cajón sea lustroso o de cristal. Aunque las tablas
sin cepillar parezcan una cáscara rota con la semilla reventada.

Todos caen y caen, y van perdiendo el bulto en su caída,
¡hasta que son la tierra milenaria y primorosa!




La fotografía proviene de este sitio.


No hay comentarios.:

Powered By Blogger

años y años de blog!!!!