Desperté sobre un libro de plata
En el génesis del aire
En la rama azul del verano
Territorio de estrellas
A pocos metros de Cecilia Vicuña
Desperté sobre un libro de plata
En el génesis del aire
En la rama azul del verano
Territorio de estrellas
A pocos metros de Cecilia Vicuña
La regla del sol
es la luz
nació para ello
Él la siente como explosión
Nosotros como aurora y primavera
Tengo la nariz helada
mis brazos del 68
y mis piernas de abril
Pero pronto,
benditamente pronto
Voy hacia mi hogar en ti.
Voy a buscar tu calor
Encontrar el sol en tu piel
Algo del mes de enero
Llamas de una piedra
que baja del cielo
Ayer nací del horizonte
Surgí de piedras y rosas
Soy de hambre
De agua
Cumbre de trazos
Libro de Herencias
Escudos tejidos de luz
La química juega malas pasadas
Arde en mi estómago
Configura estrellas
Cuerpos, Sexos, Fantasías
Pensamientos meditados con dolor
Estuve en oraciones de la ley
En palabras que forma sentencias
El ius en voces de texto
Rueda de impulsos encontrados
Palabras moviendo el destino
Estuvo el sol sobre la luna
y la luna fecundó al sol
Al fin y al cabo
no era de piedra sino de espíritu
rayos de plata
noche convertida en amor
Nuestro bufón
Aleph, el mago
Emperatriz y Emperador
Sendero sagrado
Rayos de sol
Reina de la Noche
Mundo
Resurrección
Justicia
Un baile invertido
Máscara del mal
Silencio de Muerte
Rey de Roma
Templanza
Uróboro en el parque
Mellizos en su frontera
Rayo en la Torre
Una lámpara y su Ermitaño
Llegaron delfines a jugar frente a mi ventana
Advertí a Oscar, Ida y Marcia
Estaban Luis y Sergio muy solemnes
Cony con alma encendida
Esteban con sus crías pequeñas
Algo me decían
con sus aletas y sus cabezas redondas
disputaban peces con las gaviotas
arrancaban oro de los rayos solares
derramaban alegría sobre las olas
Algo me decía para abrir de nuevo los mares
Extender las redes
Aprender del cochayuyo
Unir las manos y los sueños
Dejar que Carla rece sobre la tumba del sol
Link a un avistamiento anterior
Hay Julieta en rayos del sol
Niña entre dedales de oro
Sonrisa en brazos de su padre
Poema de la tierra
Hermana del viento
Ser elegido por la Luz
Hay cinco Julietas en cada rosa
Una en silencios de Atacama
Otra rumorosa en las ondas del mar
La que viene, con pies rosados de aurora
La que marcha horadando el crepúsculo
Y ese cielo pequeñito que mira y mira a su mamá.
Está también la Julieta del futuro
Vestida de un verde ligero
Azahares prendidos a su nombre
Un libro de sueños en su bolso
Palabras para bordar alegrías
Un beso de Lucy
Su alma en la esfera del Ser.
Heredé el destino del mundo
Varios patriarcados
Sombra y llanto del abuso
Cadáveres sembrados por guerras
La peste
Cierto dolor en el silencio
Heredé la patria
Sus fusiles, parlamentos y batallas
Basura y torpezas
Tierra temblando
Las ostias
Policía verde
Cruces cargada por tantos
Y heredé también la nieve
Cien libros de Shakespeare
La Araucana
El sol cantando en Los Andes
Violeta y sus hijos
El abrazo de mis padres
Luz cruzando los cristales
Llegaste Alicita
Trajiste tu abrazo de madre
Hogar de auroras y siglos
Sol de infancia
Luz encendida en mis sueños
Escribo los nombres que le faltan al año
Los trabajos del mes
Espíritu azul de la semana
La mano del sol en Los Andes
Escribo la lluvia que falta
El hechizo de tus ojos
Temblores en ni nombre
Los cristales de mi conciencia
Escribo el camino y la meta
Las vidas de Handel
La estructura de un sueño
La fruta que crece en mi huerta
En la clase de Juliete Binoche
Sus ojos tristes
Muy cerca, un hombre de 99 años
El otoño en las quebradas
Los pies tibios de mi esposa
Mi padre
Isidora girando en mi domingo
Existo en el dólar blue
Y camino por rutas soñadas de Buenos Aires
Camino entre tangos y obeliscos
En rutas invisibles y elevadas
Bajo las mesas del Tortoni
Bajo tumbas que no tienen nombre
Acaso nuestro padre el viento
Todos los ríos que amas
Sin duda, el sol
Mi celos en que anidan estrellas
La madres que tejieron nuestros sueños
Para Trinidad
Se dice que Johann Wolfang von Goethe ,1749-1832, fue el último hombre universal que caminó sobre la faz de la tierra. Estudió derecho, se hizo alquimista gracias a los cuidados de su médico, fue escritor, héroe juvenil, científico, dibujante, filósofo, viajero y Ministro del Ducado de Weimar, minúsculo territorio autónomo existente antes de la Unificación Alemana.
En bóvedas de luz deleitaba a sus amigos con poemas y conversaciones sobre filosofía, historia, arte, ciencia y humanidades.
Esta tarde te dejo su balada “Der Erlkönig”, “El
Rey de los Elfos”, de 1782, en la
versión musical de Franz Schubert, que
se considera una pieza fundamental del
siglo XIX.
El Rey de los Elfos
¿Quién cabalga tan tarde en la noche y el viento?
Es un padre con su hijo.
El hombre estrecha en sus brazos al niño,
le da calor, lo protege.
-Hijo mío, ¿por qué ocultas, temeroso, la cara?
-Padre, ¿no ves al Rey de los Elfos? El Rey
de los Elfos con su corona y su cola…
-Hijo mío, es una estela de bruma.
-¡Querido niño, ven, alejémonos juntos!
¡Jugaré contigo a tan bonitos juegos!
¡Tantas flores colorean la orilla del río!
Y mi madre tiene hermosas ropas de oro.
-Padre mío, padre mío ¿es que no oyes
lo que el Rey de los Elfos me promete en voz baja?
-Calma, tranquilízate, hijo mío,
es el ruido del viento en las hojas secas.
-¿Quieres, dulce muchachito, venir conmigo?
Mis hijas se ocuparán amablemente de ti.
Ellas son las que forman los corros nocturnos,
te acunarán con sus bailes y cantos.
-Padre, padre, ¿no ves cómo bailan
las hijas del Rey de los Elfos entre las sombras?
-Hijo mío, hijo mío, claro que lo veo,
y esas sombras grises son unos viejos saúcos.
-¡Te amo, me tienta tu bello cuerpo,
si no consientes, te obligaré por la fuerza!
-¡Padre, padre, se apodera de mí!
¡El Rey de los Elfos me está haciendo daño!
El padre se estremece, espolea al caballo,
aprieta contra su pecho al niño que gime.
Tras grandes esfuerzos, llega a la granja.
Y en sus brazos el niño ya está muerto.
¿Qué significa el poema?. Advertimos
varias capas de sentido: la agonía del niño que delira;
el deseo y la violencia del malvado y pederasta
Rey de los Elfos; la arraigada costumbre de cabalgar, que tantas veces estuvo presente en la vida de Goethe.
Además de su polisemia y su
tensión, el poema impacta por la incorporación de cuatro voces, el narrador, el
niño, el padre y el Rey de los Elfos.
El Rey de los Elfos fue musicalizado
por Franz Schubert, en 1815, bajo la forma de lied, a saber una pieza de
raigambre alemana para cantante y piano.
Digamos de Franz Schubert, que fue un músico genial, extremadamente bohemio, que compartía los ideales de la ilustración en su vertiente romántica y que admiraba profundamente a Goethe.
Te sugiero que en tu hogar escuches también otros poemas de Goethe musicalizados por genios de la música, en concreto, “Das Veilchen”, “La Violetera”, de 1773 o 1774, obra de Mozart; la Obertura “Egmont”, surgida en 1810, fruto del ingenio y la pasión de Beethoven, trabajo que mereció el efusivo elogio del propio Goethe; “Gretchen am Spinnrade” y "Meers Stille", "Mar Calmmo", ambas de Franz Schubert; y “Der Schäfer”, “El Pastor”, de Hugo Wolf, 1860-1903, autor vienés de origen esloveno.
Regalo de cumpleaños para Trinidad.
Fanny Mendelsohn, hacia 1821, Carl Joseph Begas |
Tenía derecho a elegir
y tú elegiste por mí
Tenía derecho a la verdad
y tú la hundiste en voces de misterio
Tenía derecho a morir en paz
y tú me empujaste al Reino del Dolor
Con todo, gracias al triunfo de lo justo
Desde este plano sutil
Tengo oraciones de luz para tus rumbos
Y pido que seas libre, dejando al otro ejercer su libertad
Que seas veraz, porque así habla el Amor en el mundo
Y que el dolor no sea una bestia en tus horas
Ni un siglo de pena en el sentir de los tuyos
Desde este plano sutil te llamo
hermana, padre, amigo
tiño de azul y violeta
el gris de tu andar
y sabiendo que mi dolor
horadó tu sangre y tu tiempo
extiendo mi mano invisible hacia tu frente
vierto gotas de aurora en tu Arte
y limpio el cristal de tu conciencia
Este texto conversa con mi propia creación de 2015:
Gracias a los médicos que usaron su arte.
Los que enfrentaron la noche.
Abordaron los riesgos.
Rescataron la vida.
Gracias por ampliar alegrías.
Hacer bella la ciencia.
Hacer pleno el trabajo.
Hacer justo el destino.
Gracias por aceptar el dilema.
Mirar la raíz de la muerte.
Poner vuestra paz en peligro.
Volcar vuestra luz en el día.
Elegí los doce meses de tu alma
Las voces alemanas que pronuncias
La red que contiene tu fuerza
Tus paseos por Recreo
Tus oraciones
Los himnos que entonas descalza
Elegí latir
ser tu sangre robada
cielo atrapado en tus sueños
casa que vuelve
rosa en tus manos
tímido rayo en tu rostro
Una piedra sobre otra
Hasta rozar la luna
y saltar hacia ella
un día en que brille rosado
un día en que trepe hacia el cielo
Toda palabra está hecha de libertad
Todo callar a ella obedece
Todo viaje
Cada mentira
Cada paso hacia el sur
Y sin embargo
Alguien puso la palabra en tu boca
Exigió ese silencio
Ordenó ese viaje
Obligó a esa falacia
Nos persiguió hacia el sur
Tengo voz y conciencia
No soy un simple testigo
Ni el eco de pantallas
Bajo cielo de paz
Llevo mi bandera roja
Hermandad de los pueblos
Claridad
Ternura
Respeto
Tengo raíces en la lluvia
En la tierra que forjaron los bosques
La niebla que camina sobre el mar
Las cabezas gigantes del océano
Lo libros quemados en la ciudad
Imprescindible
Tu carta escrita en mis brazos
La pava con su silbido de antaño
El carro verde y azul de los gitanos
Daniel Ramírez trotando por París.
Me encantas porque rezas
y erizas mi piel con tu sonrisa
genia de auroras
maga en funerales
lirio asombroso en el borde del mar
Escucho en la luz
Tu nombre de viaje: Isidora
El arco de bellezas que en ti avanzan
La suma de tus mundos
Colores que irradias
Estrellas que guían tu danza
Elegid una vida justa
No por temor a la oscura estrella
Sino por impulso de luz
Fulgor de amor
Intuición de belleza
Altura de igualdades
Sentimiento de hermandad
La melodía lleva carga de espíritu
Tormenta y pena
Piedad de la tarde
Voces griegas
Canto del hijo hacia el padre
Ave María en caudal de tu hermana
Todo el amor en tu madre
Tu nombre en un tango
Milonga liberando tu alma
Milagro de guitarras
El tiempo maniatado en su tumba
Un lucero buscando tu abrazo
Ella quiere abrazar a los suyos
Seguir su camino de luz
Dejarse a caer hasta su centro
Cruzar sobre dolor y silencio
Unir sus días al sol
Bendigo tus manos de aristelof
Tus labios bañados en cerveza
Tibieza que impones en nuestra cama
Lengua de chocolate
Un sol verde en el rayo de tu mirada
Escribo sobre la frente del viento
Herido de alegría
Asido a la mano de mi madre
Hecho de sangre y de tiempo
Un poco más vivo que las estrellas
Que descortesía
Había olvidado la palabra tarugo
Estaba escrita en mi espalda
Raíces de esta cama
Mesa que soporta mis manos
Aquellas maderitas que escaparon a nuestra obra
Bellas lituanas emigrantes
Arauco embalado hacia el norte
y extraviado en nuestra casa.
Nací desde mi madre
Desde las estrellas, que es lo mismo
Tal vez desde el río levantado en sus mil piernas
Desde América
Que es mi casa
Mi libro de volcanes
El lugar en que bebo los vientos.
Viene noviembre a conocer a Dios
Trae su libro de letras invisibles
El horario de las tumbas
Tres cubos en que habita el futuro
No estoy aquí
Vivo en un poema perdido
Cierto Reino de Cisnes
Comarca más allá del sentido
El
mandil en los ojos
Espíritu
pleno de amor
Voy
cargado de abrazos, música, construcciones
Soy
un bosque en marcha
Fuerza
que mueve el horizonte
Persistente
obrero de justicia
Ser
enamorado de la paz.
Pero
el golpe de herramientas
dificulta
escuchar al maestro
Y
deseo más luz
Quizá
un sombrero de estrellas
en
mi pensamiento.
Sentir
el pulso del sol
En
el árbol, el oleaje, la emoción.
Entonces, recibo una llave de marfil
y
desciendo en secreto hacia mi
conciencia
resplandor
de todas las conciencias
Santuario
del que busca
Aurora
y Crepúsculo de Luz
En
destellos y fragmentos
Nombre
y Fuerza de Dios
No dejes a Clara Schumann
en su libro de muerte
Pide su espíritu en tu nombre
Su fuerza al parir solsticios
Pasión que entregó a los sonidos
Misterio de sus cartas
Claridad de su enseñanza
Poder de sus bellezas
Ojos de tantos en su libro de vida
Su libro, a cuatro manos vertido.
Estuve llorando con Cecilia y Oscar
los abracé en la puerta del otoño
pensé en Ariel y su melodía
noche sobre Rancagua
Octubre de 1974
hora de morir y gestar el infinito
El verano ha besado al otoño
Lo hace en el día de mi hermano
Mientras Goethe galopa en los bosques
Y su alma se agita y nos canta
He mostrado a la Luna mi alfabeto
Ella, con hilo sagrado
ha bordado sus formas
La estatura de sus vocales
El destino de sus silencios
La matriz y el secreto de sus esencias
Has escrito , hermano, el espíritu de la tierra
y en virtud de tu genio:
las torres de Rancagua son más altas
más anchas sus calles
más espléndidas sus rosas
aún más rica su cordillera
*
En tu Comarca del Jazmín
Conviven ángeles y azahares
Bandoleros gentiles
Patriotas cargando hacia el Lucero
La noche en talleres del futuro
Orgullo de lo inútil
Tu canto en el árbol, la mesa, el rocío.
*
Has creado, hermano, el espíritu de la tierra
y la Comarca del Jazmín
camina entre los reinos del mundo
bendita por los salmos que dejaste en sus vides
el sol que escribiste en su frente
la fuerza azul de tu alma
que aún sostiene las plazas
los trenes
el viento
Este texto dialoga con Oscar Castro y su "Poema de la Tierra"
Poema de la tierra
1
Tierra, como si fueras mi corazón, te quiero,
Para decir tu salmo sobre ti me levanto
Alzo la frente, pero mis pies en ti reposan
Soy el tallo moreno en la espiga del canto.
Tierra de los viñedos, tierra de los maizales
rientes y jocundos, ancha tierra del campo,
para apretarte toda contra mi pecho duro
alargaría en ríos melodiosos mis brazos.
Prolongación de ti, todavía conserva
tu morena humedad este vaso de arcilla.
Si el corazón desnudo cayera en cualquier surco,
te enjoyaría toda de rosas purpurinas.
Tierra mía, mi tierra con olor a vendimias,
sabor del fruto dulce y del agua que bebo,
el día en que tu entraña me recoja y me absorba,
te habré devuelto sólo todo lo que te debo.
2
Tierra humilde y reseca del patio de la casa
Pintada por la sombra de movedizas parras
Tierra sin horizontes, heredad que termina
Junto a la vertical tierra de las murallas.
El sol se acuesta en ella, como un perro, a la siesta
La luna le derrama sus linos y sus platas
Grises guijarros duermen junto a sus partiduras
Sobre su rostro caen hojas y sombras de alas.
Dura como las manos del destino y la angustia
Y en la actitud divina del que sufre y se calla,
Debe sentirse, cuando maduran los luceros
Fondo del pozo de la noche milenaria.
3
Tierra de los caminos del mundo entero.
Tierra hollada por las bestias grises y por los hombres
Tierra por donde pasa la cosecha olorosa.
Polvo que va marcando la angustia de los pobres.
Franja de tierra, única de todos en el mundo,
siempre abierta y leal como una mano buena.
Predio de los poetas y de los vagabundos
que no tienen “en dónde reclinar la cabeza”.
Yo me arrodillaría, y para darle sombra,
plantaría en su orilla mi huerto de poemas:
pasarían los hombres, cogerían las flores
y las irían, luego, deshojando en la tierra.
Yo, que nací desnudo y que nunca he tenido
más que un surco de angustia y un sembrado de estrellas
pienso que si no hubiera caminos polvorosos,
no habría poseído ni una cosa en la tierra.
La codicia del hombre desdeñó los caminos.
Pueden pasar por ellos, enemigos y hermanos.
Ah, si la tierra entera fuese un camino inmenso,
todos podrían ir cogidos de la mano!
4
Bajo el asfalto duro de las ciudades duermes,
Escondida del sol y lejana del viento,
Tierra de las ciudades, te vendaron los ojos
Para que no miraras la sonrisa del cielo.
Sufres por los trigales que no fructificaron,
Deslumbrados de sol, sobre tu techo inmenso.
Y te clavan la entraña dolorosa y mordida,
Los tallos sin raíces de los postes eléctricos.
Tierra mía, los hombres te olvidaron. No sienten
Tu temblor en el surco, tu fragancia en el viento.
Y ni siquiera puedes besarles las rodillas:
Entre ellos y tú, está la losa de los tiempos.
Yo sentiré por todos. Me tenderé de bruces,
Hasta que me perfumes la sangre y el aliento.
¿En qué rincón humilde florecerá un rosal,
Cuando tú seas toda de asfalto y de cemento?
5
Tanta sangre caída sobre la tierra. Tanta
Vida segada cuando su aurora comenzaba.
Todo por el anhelo de poseer la tierra
Y de alzar en la tierra fronteras y murallas.
Tierra escupida de blasfemias y sollozos,
De polvera y de sangre, tierra de las batallas,
Después que te mordieron y te desmantelaron
¿Cómo podrá tu entraña florecer rosas blancas?
Las manos de los muertos, las bocas de los muertos,
Se apegaron a ti, sangrientas y crispadas.
Te cubrieron entera de huesos y cenizas,
Te quemaron los bosques, te enturbiaron las aguas.
Y tú, piadosamente, recogiste la sangre
Para elevarla al sol, dulce y purificada.
¡oh, melodioso viaje de la sabia en los troncos,
Rumbo al retoño niño o la flor deslumbrada!
Yo no sé qué designio preside tus alquimias.
Luchan por ti los hombres, tierra de las batallas.
Lucha, y no comprenden que cuando a ti se fundan,
Te las entregaras, morena y perfumada.
6
Tierra los ojos y las manos,
húmeda tierra el corazón,
tierra la carne de la amada,
tierra fragante la canción.
Tierra los cuerpos en la cópula,
enceguecidos de hambre y sol:
tierra sufriente y dolorosa,
tierra con sangre de Dios.
Solloza el mundo en nuestra tierra,
y las estrellas, y la flor,
y la palabra de los vientos
y todo rosal interior.
Y esta tierra con que sufrimos,
nos impide toda ascensión,
y toda ala caída en tierra
se nos pudre en el corazón.
Tierra las manos de la amada,
tierra su cuerpo de alba y sol,
tierra sus ojos dolorosos,
temblor de tierra su temblor
en el instante del vencimiento,
tierra otoñal su extenuación.
¿Será de tierra el pensamiento
y será tierra la emoción?
Tarde, me visitó Oscar Castro
Nuestro hermano del Alba
Amigo de ángeles y rosas
Fuego y razón de Rancagua
Algo brilla en la humanidad
Entre bombas y envidias
La música
Nuestras rondas
Danzas y ritos para el sol
Esta noche, tres magos de luz
Uno vino con sus tres anillos
Otro con el cielo de Placilla
Un tercero desde el valle de Mercurio
Esta noche de Luna,
dos tumbas vacías
nuestra virgen pariendo
a sus hijos
más hermanos al viaje
más ternura en la luz.
Y la serpiente verde
se lleva a César
a Santiago
a su esposa
Los lleva y los protege
Enciende sus fuegos
Los premia con luz
Estuvo mi nombre en tu boca
Y lo dejaste partir
Emigrar al símbolo
Vestirse de frac en los días de lluvia
Estuve en la luz
Ella me acogió en su claustro
Me expresó en su sonrisa
Me llenó de besos al nacer
Caen las piezas Staunton
a este poema mosaico
El cristiano rey cabalga sobre su elefante
La dama busca un pacto secreto
Los peones silban mientras marchan a la muerte
Nuestro bravos caballos saltan a izquierdas y derechas.
Hay plan, contraplan y un rayo de suerte
Nathaniel Cook y Howard Staunton en el secreto.
Me conmueven
pañuelos verdes y lilas
miradas cargadas de sueños
memorias de abusos
certeza de justicia
marcha y victoria de las que luchan
Antes de ser tu lunes
Fui un un número en marzo
Cielo esperando a la tierra
Isidora camino a sus rezos
Ennio orbitando entre maestros
Las luces poderosas del cielo
Conocen su lugar en la creación
Esa sabiduría está también en Álvaro
Su espíritu tiene raíz en una lengua del mar
Junto a piedras lisas y gigantes
Congrios rojos como lumbres
Árboles hijos de la bruma
Macizo merodear de la olas
Ojos y ojos enamorados del azul
Álvaro, en medio del camino
explica el espacio con sus colores
instala su alma en la rocas
quiebra sus silencios
clava sus preguntas en la rambla
esgrime sus sueños
triunfa su don sobre el dolor
Álvaro perfora el espacio
su cuerpo anima las rocas
instala su bandera en las olas
borda sus ojos en el cielo
dimana sus viajes
respira en el viento
repara recuerdos
existe en su moto y su luz.
Mi nombre es Gonzalo
Estoy en una playa junto al bosque
Soñé que conducía desde el asiento trasero de un vehículo
Que atropellaba a un bebé
Que orinaba sin fin.
Soñé que mi nombre era Gonzalo
Un auto me conducía hacia el mar
El bebé orinaba en la playa
El bosque caminaba hacia mí.
Un vehículo me miraba sin fin.
Los asientos bajaban de los autos
El agua levantaba sus manos al cielo
El bosque orinaba sobre el tiempo
El bebé escribía mi sueño
El bosque soñaba también.
Todo construyes con el 3
Altura, Ancho, Longitud
Expones, analizas, concluyes
Siembras, cosechas, disfrutas
Caes a la tierra, te levantan, te marchas
......................................................................................Dedicado a Claudio Cruz
Un hombre sujeto a un proceso
Es un hombre cruzado por rayos de normas
Sujeto a redes de palabras
Requisitos
Tiempos
Impulsos
Citaciones
Recursos
Pruebas
Vicios
Reglas que empujan, escudan, amortajan
Isidora, primer día de clases
En el mar una manada de delfines
En mi mente, normas de conducta
La mañana aún cubierta de sombras
La escuela, una cápsula en el mundo.
El poema exige un poco de mi sangre
Luz escrita en mi alma
El rayo que cruza mi carne
Mis pasos cruzando el silencio
Me dormí entre dos letras
Entre reglones
Justo sobre una Pagoda
Atrapado al interior de mi nombre
De pie, sobre un mosaico rojo y blanco.
Me despertó Víctor Hugo para hablarme de Guersney
Sus brujos nocturnos
Sus extrañas mañanas de nieve
Los botes cargados de antorchas
El círculo de almas que sostienen las estrellas
¿Qué haremos cuando nos falte Valentín Trujillo?
Porque su corazón sostiene la mitad del planeta
Su luz agita preguntas de los niños
y sus manos, hijas de mil estrellas,
rozan el hilo y la sangre de cada instante
¿Qué haremos cuando nos falte?
porque cada flor marchará a su tumba
habrá ronda y fiesta entre espíritus
y de nuestro fuego surgirá un aplauso
el que le debe nuestra infancia
el del talento
y ese imponente, el de la esperanza.
Luego, desde tantos silencios,
la trama y el sol de su melodía
su presencia a la izquierda de los sueños
coherencia del Maestro
manos selladas por la Luna
manos que siembran y cantan
Yo no escribí Los Buddenbrook
pero mi hilo de voz alimentó aquel océano
para que asistieran ustedes a mis bodas
mi verano en Travemunde
mi alegre pasión por la vida
No dejo de estar en ti
De llevar tu espíritu
El libro de tu escuela
Tus ojos pegados a los míos
He pedido deseos a mi alma
La paz de un poema
Una cuerda atada al cielo
Compañía de mi madre
El hilo y la razón de mis silencios
Tejes y yo respiro tu alegría
Elijo tu olor
Tus vestidos coloridos
Tu boca cantando en francés
Tejes y lías mi sonrisa
Pasos de mis rojos zapatos
Ensayo de mi espíritu sobre el ser
Una parte de mi ser está en el aire
Por allí pasan los espíritus
Gladys, Rodrigo, Olga, Claudio
Gustavo, Alicia, Bladimiro
Bisabuelos
La mirada de mi madre
Luces de Myrtha
Casa y camino de suavidades
El verano anuda los días
Los entrega con sus manos mojadas
Con sus ojos de niño
Sus noches, canción y besos
El verano usa su luz
y el río de estrellas en sus noches
Su luz
Su marca celeste
Sus horas de viajes y encuentros
Encontré mi nombre en el Libro de la Muerte
La tinta era azul
El sol brillaba al dorso de la página
Mis ojos estaban allá
y también en mi cama junto al mar
Ellos deciden hasta donde debe sufrir su hijo
Hasta donde vale la pena mantener su sonrisa
Su mirada de luz
La tibieza de sus días
El niño tiene meses
y sus padres deciden mientras haya oportunidad de vida
mientras la ciencia alumbre un camino
y la razón con sus linternas
alumbre un sendero en los bosques del abismo
El niño tiene meses
y sus padres deciden
hasta que la ciencia no apunte esperanza
luego
sólo queda el amor
contienda contra el sufrimiento
no hostigar más su cuerpo
agradecer su mínima estadía
verlo en otros rostros y en otras sonrisas.
La madera del ataúd semejaba un piano
Estaba tu hermana armada con tu mismo rostro
Margarita herida por tu ausencia
Cony
Río de vida corriendo
Y estaba en el aire tu sonrisa
Cierta presencia del café
Lecciones de tu paz
Hilos de tanta ternura entrelazada
Bailar en redondo
Enviar nuestras almas al centro
El punto en que nace una estrella
Astro llamado canción
Puente
Quinta
Blu bla bli
blu
Za Za Za
Splash zuu ba zu viiii
Strash
strash marambi
marambi baaaaaaa
Cocococococococococococococococococo
Rash Rash
Pip
-0-
-0-
-0-
Piñín, poto
guata, luche,
macha,
chaucha, choclo
copucha,
huinca,
huincha,
ñato, ruca
quiltro
laucha,
guarén
Chasqui
Quilpué
Reñaca
Marga Marga
Nuestras
madres sellaron esas voces en nuestra
voz
Las
aprendieron antes de ser violadas en
este estero
Hembras con ojos
rasgados
Esclavizadas
en este placer de oro
y condenadas
a muerte por la viruela y el sarampión.
Tan Tan Tan
Tan Tan Tan
Niños,
bienvenidos a la escuela parroquial de la Compañía de Jesús.
Conozcan
ustedes el origen de la propiedad en que habitan:
Estas
tierras, denominadas por los indios “Valle
de Peuco”, pertenecieron desde la creación a Dios y hace más de un siglo fueron confiadas por el Santo Padre a la Corona de Castilla. Lustros
después, el Capitán, don Pedro Valdivia, legítimamente autorizado, las entregó en dominio al portugués don Pedro Omepezoa y al
eximio navegante don Diego García Villalón.
El portugués
Omepezoa, recibió “Las Siete Hermanas”, franja de tierra que va entre los esteros
Marga Marga y Dolores, que la gente del
futuro conocerá como Avenida Argentina.
La Compañía de Jesús, por la gracia de Dios y la
indulgencia de un sagrado testamento
heredó estas tierras para que el
Santo Espíritu de Dios cuide de vosotros y os abra el camino a la vida eterna.
Don Diego
García recibió la heredad que va entre el Marga Marga y el Estero de “Reñaca”,
que significa aguas azules en el lenguaje de los naturales. Años después, don
Alonso de Riberos, sembró una vid en esa tierra y la hacienda tomó el nombre
inmortal de “Viña del Mar.
Tu turú tu turú tu turú
tu tú.
Se comunica a los padres de la Compañía de Jesús que
deben abandonar en el término de
tercero día la Hacienda de Las Siete
Hermanas, en cumplimiento de la Pragmática otorgada por Su Majestad, Carlos III Borbón.
Sepan ustedes, padres, que
vuestras tierras le pertenecen ahora a la corona y que serán vendidas en
pública subasta el próximo 23 de marzo
del año de Nuestro Señor de 1776.
Os prevengo que la
Hacienda será rematada en la suma de cuatro mil setecientos cincuenta pesos por el muy ilustre juez don Francisco
Cortés Cartavio, actual dueño de la vecina hacienda de Viña del Mar.
Sombrero de
Playa sobre el Puente Quinta
25 de
diciembre de 1967
Soy una niña
de 6 años y cruzo este puente para ir al
mar
Llevo mis sandalias
El balde, la
pala
Mi bata
nueva
y la más
hermosa de mis prendas
mi sombrero de
chinita
mi sombrero
de seda
mi sombrero
rojo con lunares blancos
recién surgido
desde su papel de luz
Era hermoso
y yo lo amaba
Pero el
viento y el agua lo amaron más
El uno lo
tomó raudo de mi cabeza
La otra,
infinita y fecunda
lo condujo a
vivir entre sus olas
y lo dejó
para otras manos
otras
alegrías
otra renovada
navidad.
Mi madre me abrazó
Su boca trazó en el aire
que todo
pasa y se pierde
belleza,
juventud, vida
todo, salvo
la luz que precede
todo, salvo
la luz que regresa
Décadas después,
Soñé a una amiga muy querida´
a quien no
veía en semanas, meses, años
y la mañana comenzó
a bordar mi sentimiento
Nuestro puente prestó
lugar y momento
Dicen que su
mano izquierda apareció de la nada
Luego la
cartera
Sus labios
Su bufanda
de seda
Su sonrisa
simple de viñamarina
Y justo
cuando terminó de conformarse
llegó mi
alma a este puente
y hubo un
nudo de alegrías, de ternuras,
de
presencias.
Verano de dos
mil veintidós
Ví a mi
madre en este puente
y nunca más
la ví caminar por la ciudad
En mi alma
cruza el sombrero
Pienso que sobre este ingenio encontró el amor
La veo
elevarse y sonreír
Como mi sobrero
rojo con círculos blancos.
Julius Bernstein
y la Compañía de Azúcar de Viña del Mar.
Amada agua
que eres presencia y bendición del Señor
fluye con
abundancia para mover los motores de nuestra Industria
fluye con energía
para
recordarme que todos somos iguales
que ante los distintos nombres de Dios
todos tenemos
derecho a la alegría
a una casa
digna, que es la casa de mi hermano
a la libertad
que es dorso de la luz
a la
educación sin dogmas, que es regalo de libertad
Te agradezco Señor haberme enseñado a compartir
Así, mis
palacios son poblaciones de obreros
Mis joyas
son donaciones para escuelas
Mi herencia
son gotas de justicia
Mi orgullo
es el respeto de mis hermanos en el trabajo
Escultores
del tempo
Dignos seres
de luz
Amada agua,
que eres presencia y bendición del Señor
Protege la
belleza de lo humano
Premia la
sed de ternura
El ansia de
refugio
Purifica el
rayo, el lazo y la fuente del amor.
¿Qué hay entre Kursk y Berlín?
Un año con trazas de infierno
Acero con rostro de tanques
Lirio de sangre bajo noche estrellada
Respiro y traspaso la noche
Me animan sus estrellas
Esa luna que aún mira al sol
La sencilla oscuridad del camino
El susurro y la risa del mar
Exiliado en mi cuerpo
Nunca he llegado a mi ser
No hay despertar en mi viaje
Sólo notas del piano
Violeta Mozart y el Jazz
Veré a mi hija
Tal vez volemos en globo hacia la primavera
O festejemos la vendimia de los nombres
El dar y ser del arcoiris
La grata memoria del invierno
Ella baila flamenco
Yo alumbró el mundo
Surjo desde la humedad
Y beso
Agitó los meses
Giro en y con el mundo
Mis pies extrañan el mar
Y yo pienso en los trabajos del viento
Los dolores del sol
La mañana pariendo un juramento