Para Trinidad
Se dice que Johann Wolfang von Goethe
,1749-1832, fue el último hombre
universal que caminó sobre la faz de la tierra. Estudió derecho, se hizo
alquimista gracias a los cuidados de su médico, fue escritor,
héroe juvenil, científico, dibujante,
filósofo, viajero y Ministro del Ducado de Weimar, minúsculo territorio autónomo existente antes de la Unificación Alemana.
En bóvedas de luz deleitaba a sus amigos con poemas y conversaciones sobre filosofía, historia, arte, ciencia y humanidades.
Esta tarde te dejo su balada “Der Erlkönig”, “El
Rey de los Elfos”, de 1782, en la
versión musical de Franz Schubert, que
se considera una pieza fundamental del
siglo XIX.
El Rey de los Elfos
¿Quién cabalga tan tarde en la noche y el viento?
Es un padre con su hijo.
El hombre estrecha en sus brazos al niño,
le da calor, lo protege.
-Hijo mío, ¿por qué ocultas, temeroso, la cara?
-Padre, ¿no ves al Rey de los Elfos? El Rey
de los Elfos con su corona y su cola…
-Hijo mío, es una estela de bruma.
-¡Querido niño, ven, alejémonos juntos!
¡Jugaré contigo a tan bonitos juegos!
¡Tantas flores colorean la orilla del río!
Y mi madre tiene hermosas ropas de oro.
-Padre mío, padre mío ¿es que no oyes
lo que el Rey de los Elfos me promete en voz baja?
-Calma, tranquilízate, hijo mío,
es el ruido del viento en las hojas secas.
-¿Quieres, dulce muchachito, venir conmigo?
Mis hijas se ocuparán amablemente de ti.
Ellas son las que forman los corros nocturnos,
te acunarán con sus bailes y cantos.
-Padre, padre, ¿no ves cómo bailan
las hijas del Rey de los Elfos entre las sombras?
-Hijo mío, hijo mío, claro que lo veo,
y esas sombras grises son unos viejos saúcos.
-¡Te amo, me tienta tu bello cuerpo,
si no consientes, te obligaré por la fuerza!
-¡Padre, padre, se apodera de mí!
¡El Rey de los Elfos me está haciendo daño!
El padre se estremece, espolea al caballo,
aprieta contra su pecho al niño que gime.
Tras grandes esfuerzos, llega a la granja.
Y en sus brazos el niño ya está muerto.
¿Qué significa el poema?. Advertimos
varias capas de sentido: la agonía del niño que delira;
el deseo y la violencia del malvado y pederasta
Rey de los Elfos; la arraigada costumbre de cabalgar, que tantas veces estuvo presente en la vida de Goethe.
Además de su polisemia y su
tensión, el poema impacta por la incorporación de cuatro voces, el narrador, el
niño, el padre y el Rey de los Elfos.
El Rey de los Elfos fue musicalizado
por Franz Schubert, en 1815, bajo la forma de lied, a saber una pieza de
raigambre alemana para cantante y piano.
Digamos de Franz Schubert, que
fue un músico genial, extremadamente
bohemio, que compartía los ideales de la
ilustración en su vertiente romántica y que admiraba profundamente a Goethe.
Te sugiero que en tu hogar escuches también otros poemas de Goethe musicalizados por genios de la música, en concreto, “Das Veilchen”,
“La Violetera”, de 1773 o 1774, obra de Mozart; la Obertura “Egmont”, surgida en 1810, fruto del ingenio y la pasión de Beethoven, trabajo
que mereció el efusivo elogio del propio
Goethe; “Gretchen am Spinnrade” y "Meers Stille", "Mar Calmmo", ambas de
Franz Schubert; y “Der
Schäfer”,
“El Pastor”, de Hugo Wolf, 1860-1903, autor vienés de origen esloveno.
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