Si irradio paz
Habré cumplido con mi conciencia
Horadaré el silencio
Desplazaré a la muerte
Si irradio paz
Habré cumplido con mi conciencia
Horadaré el silencio
Desplazaré a la muerte
El arte deja heridas en el tiempo
Alumbra galaxias de conciencia
El año de templanza
Nuestro lazo en la raíz de los siglos
Nuestto abrazo en la esperanza
Ya en el Museo apareció Jacob
El plato de lentejas
Una antigia piel de cordero
Jacob
Sus doce hijos en la plaza
Momento para el alma de Isidora
Cerca El Colón
Nuestra Escuela
Satie y la textura de su magia
La vida abre silencios
Enseña a bordar palabras
Sostiene justicias
Borra caminos
Muestra el sol a las estrellas
Llegamos a Buenos Aires
y el jacarandá va jacarandeando por todas partes
nos saludan personas gordas convertidas en árboles
Ficus que aman el tiempo
Cantos del Palo Borracho
Los poderes del fresno americano
El poema crea el tiempo
abre el futuro
rescata el pasado en un instante
permite viajar a las estrellas
Nuestro Camino
Dedicado a Fernando Ramírez
Por generaciones hemos caminado
seguimos el espíritu de los astros
pieles de osos y focas
pequeños frutos de bosques
la luz y el poder de la mazorca
Mientras caminamos: el canto
claridades sutiles de la Luna
risa, ira y llanto
de nuestro hermano el viento
intensa presencia del chocolate
papas, mariscos y porotos chauchas
A través de las cañas y los huesos
Conversamos con la brisa
Saludamos al sol
Somos aves en la conciencia del bosque
Canto profundo de nuestra alma
Cuando vuelvan nuestros cuerpos a la tierra
hijos nuestros seguirán este andar
el hermano viento les hablará de sus ancestros
este viaje desde Darjan y Ulán Bator
trazos de tantas barcas sobre las aguas
danzas de nuestro clan en torno al fuego
Un día, cruzando altas cumbres
y sobreviviendo al extenso desierto
bisnietos de nuestros bisnietos llegarán al paraíso
lugar en que brilla la esperanza
reino en que bailan las montañas
patria de la estrella solitaria
Ojalá no olviden el camino
y sigan saludando al hermano fuego
a nuestro amigo el viento
a nuestra madre el agua
a la vasta tierra en que dormirá su sangre
Soy libro que leen las estrellas
Almohada de Isidora
Montaña en que anida el espíritu
La primavera no cabe en Quillota
Enero 17 de 1974
Dos cuarenta y cinco de la tarde
Pablo Gac Espinoza [1]
se marcha y no se marcha
Alcalde electo en 1971
Hasta la alta estrella: mi padre[2]
Él no abandona el Aconcagua
secretos rincones del Mayaca
sauces que conoce desde niño
el chincol y su tío Agustín
surcos, adobe, antigua plaza
zapatos reparados por sus manos
En la humedad de esta tierra
es aún rostro del pueblo
defensor de peones y obreros
niños que liberan su alma
Junto a ellos - sus hermanos-
avanzó pasos de luz
horadó señoríos del hambre
extendió el amor
elevó la estatura de su Patria
Protegió auroras desde su cargo de alcalde
Enseñó el poder de la esperanza
Reforma de la tierra
Buena nueva del oprimido
Digna plenitud del que trabaja
Si tuvo miedo, lo domó con templanza
Dejó por herencia sus herramientas y algunos libros
Acerada bondad de su conducta
Fe intensa en lo humano
En suma, toda una inmensa galaxia
Incapaces de reprocharle una chaucha
criminales de mínimo ingenio
inventaron el asalto a la patrulla
fantasía sobre fuga
matanza a sangre fía
ocho familias enlutadas
Frente a Quintero
El océano recibió aquellos cuerpos
Mil personas en llanto
Decenas de niños sin padres
Rieles y corvos devorando las miradas
Tras mil vientos de piedra
Sentencia con media prescripción
Apenas gotas de sol
Poco y nada de equidad
No hubo asesinos en la cárcel
Tan rasgada la bandera
Tan estrecho el regimiento
Y tú, padre, amigo, compañero
No dejas de viajar en nuestras almas
Silencio para el reparo
Lenguaje para ser en el mundo
Música para habitar la belleza
Los que espero es pausar el silencio
Dotarlo de alas
Ingresar al cuerpo de la música
Cantar a la hora del crepúsculo
Proviene del portal de la UNAM
De lenguaje está tejida la conciencia
Su bosque crece en nuestras almas
Nos une en sus gestos y palabras
Fluye y refluye como el océano
Guía y alumbra con su magia
Camino sereno
Escucho Gardenias
Me dejo abrazar por ellas
Resido en las cumbres del cielo
En mi alma aún cabe la hermandad
El peso azul de la verdad
Cien ciudades y sus recuerdos
La autoridad de tu boca y de tu paz
No digas claridad
Di René Flores Castillo
Bendito sostén de la aurora
Conciencia forjada en La Normal
Hija, corre y abrázalo
Porque su ser es tesoro de infancias
Ha enseñado a cientos de maestros
y su alma es sitio de hermandad
No digas claridad
Di René Flores Castillo
Porque él construye futuros
y encarna la palabra libertad
Hija, corre y abrázalo
Porque su paso es el viaje de Chile
Luz que horada las sombras
Brisa que construye la paz
Hija. ¿Y si fueras maestra como tus ancestras?
Fecundo impulso de la luz
Bondad que abraza
Alma que comparte el poema
No moriré hoy
Tal vez me diluya en los cielos
Q quede viajando en estas letras
No moriré hoy
Tal vez aún estoy en un abrazo
O sea simplemente un recuerdo
Oluf Christiansen nació en Dinamarca
y nuestra madre lo parió en Coronel[1]
Océano y tormenta moldearon su carácter
Estrellas del norte y el sur fueron sus hermanas
Llamó al viento su mentor
y el sagrado compás
fue el centro de su luz
Honor y humanidad
lo impulsaron a rescatar náufragos
organizar voluntarios
fundar el Bote Salvavidas[2]
escoger las naves adecuadas
probarlas contra los golpes del mar
En Bethesda y Marina[3]
cultivó su espíritu
y con cada golpe de mazo
fue incrementando su luz
aunando voluntades
desafiando sin temor la tempestad
primer viaje al interior de la conciencia
Francmasón de la logia "Benjamín Franklin", de Santiago, cofundador de la Comisión Chilena de Derechos Humanos en noviembre de 1978.
Gonzalo Taborga fue Maestro de Justicia
Supo ser leal a su estrella
Derrotó su miedo y su silencio
No ahogó en el fango su luz
No lamió botas del invierno
Fue activo combate contra el mal
Gonzalo fue leal con sus hermanos
Los buscó en el centro del infierno
El compás gobernó su conciencia
No el apego al dinero
No el terror de los corvos
Sí, nuestro amor de humanidad
Una tarde lo encontré junto a Bruckner
Brillaba luz en sus palabras
Su amplia cultura deslumbraba
Había alegría en su sonrisa
Sencilla alegría de los justos
Hijo de Hugo Cabezas Aranda, Maestro de la
logia “Deber y Constancia” y hermano de Ricardo Cabezas Quijada, Maestro de la logia "Atenea", ambas de Santiago
En la Textil Comandari, mi hermano fue interventor[1]
Allí el trabajo alcanzó su primavera
Cada turno fue despliegue de energía
Esperanza de tejer auroras
Orquesta de herramientas
Continua faena de paz
Aquel martes estaban en pleno concierto
y Antonio convocó con urgencia a una Asamblea
transmitió palabras del Presidente
instó a proseguir la acción
no detener las máquinas
seguir hilando el futuro
Arrestado fue en la misma fábrica
Junto a obreras y obreros
fue llevado al Regimiento Tacna
soportó el Consejo de Guerra
dos meses de prisión por utopista
allendista
sensato conductor del pueblo
Es agosto de 1974 y la DINA[2] no está conforme
golpea la puerta de su hogar en Agustinas
al salir del edificio cruza un beso con su esposa
piensa en la vida que surge en su centro
aquel hijo anhelado
la muerte atrapando su destino
Lo suben a un auto
la máquina se torna pequeña en la distancia
es apenas un punto
y mi hermano comienza a ser recuerdo
misterio
nombre en Revista Lea[3]
leyenda del Chile Justo
leyenda de la Patria Obrera
[1] Era un militante socialista veinteañero dotado
de gran don de liderazgo. Ex alumno del Instituto Nacional José Miguel Carrera,
[2] Dirección
de Inteligencia Nacional
[3] Montaje de los servicios secretos denominado “Operación
Colombo”, ocurrido en 1975, que hizo aparecer
en Argentina la Revista Lea y en Brasil la Revista O´Dia para
hacer creer que personas secuestradas y asesinadas habían muerto en contiendas
internas fuera del país. Estas noticias falsas fueron ampliamente difundidas
por “El Mercurio”, “La Segunda”, “Las Últimas Noticias” y “La Tercera”