Lo que escribí
fue para ti y tu alegría
para el cielo que alimenta mis sueños
y también para la tierra
nuestra herencia de palabras
la raíz y el otro sol de nuestra casa
Lo que escribí
fue para ti y tu alegría
para el cielo que alimenta mis sueños
y también para la tierra
nuestra herencia de palabras
la raíz y el otro sol de nuestra casa
Escribes en tus cuadernos de universidad
y yo salto entre letra y letra
aparezco entre silencio y pizarras
poseo un lugar en tu abrigo
te saludo desde una pregunta
o desde una ventana hacia el puerto
A veces te acompaño en el bus
Te escucho rezar
Anoto frases invisibles en tus libretas
El tiempo y la tierra son lo mismo
Igual que la palabra y la sombra
El viaje
La tromba
El suave desandar del peregrino
He descubierto mi sangre
Habitan estrellas aquí
Ciertos hilos del mundo
El cielo y sus pies de bandera
Resumo los nombres de mi país:
Océano, bosques, piedras solares
Niños con labios de leche
Ojos indígenas
Plegarias de niños
Barro cubierto por nieve
No quiero esperar la sangre fría
ni enervar mi tiempo en tu retorno
ni encogerme en silencios
ni suplicar la brisa a nuestro cielo
No, quiero
No me va tanta paciencia
Ni el temor de mi pueblo
Ni los hieros y traiciones del olvido
Jesús anunció el fin
y las viejas piedras del templo
apenas movieron su soberbia
descansaron al verlo maniatado
pensaron en Él
cuando Roma las arrancó de cuajo
Nada me abraza más que este invierno
el tic tac de los sueños
patria y fe de los muertos
la calma sacudiendo sus silencios
Nada me separa del amor
porque siempre estoy allí
y abunda mi sol en tu cuerpo
y tu calor se cobija en mi nombre
lo mismo que tu boca
y la matriz de tu cantar
Cuando Netflix está en todos
yo resido en Ondamedia
Por cierto Lalulula TV
Archivos de cine clásico
Cineteca Nacional
El Ojo tras la H y la B
Todo nuestro sábado estuvo contigo
Me abracé a tus lágrimas
Pasamos de una lluvia a otra
Nos alojamos en el viento
Allí nos arrulló el sol
Lo que salves hoy
Será un cristal mañana
Niños caminando en la playa
Los ojos del cielo sobre mi nombre
Irradias la noche en tu nombre
Hay cometas en tu aliento
Un ojo de cristal
te busca desde el cielo
y desde tu centro
La niña tiene su rostro redondo
La piel tibia
El alma llena de palabras
El norte escrito en la nariz
He estado en el nombre de las cosas
En el borde urbano del bosque
A tres o cinco nudos de la muerte
En el aire y el fuego de la vida
Hablar de Cole Porter es hablar del Gran Libro de la Canción Americana, que construyó junto a Irving Berlin. George Gershwin y Jerome David Kern, todos ellos francmasones.
Sin embargo, Porter, nacido en 1891, en una millonaria familia de pedigrí petrolero en la localidad de Perú, en el estado de Indiana, se incorporó a otra institución iniciática en la Universidad de Yale, la célebre Fraternidad Kappa Delta Kappa, en la que compartió sendero con los presidentes francmasones Theodore y Franklin Roosevelt, entre otras desatacadas personalidades.
Probablemente su explícita y pionera homosexualidad, le impidió caminar sobre el mosaico, conforme a los criterios conservadores de la época.
Pero su amor por la verdad y la justicia, quedó explícito en las canciones de las que fue autor y compositor.
En efecto, el arte de Porter, generalmente en tono de comedia, dibujó, el rostro de la sociedad norteamericana, develando la realidad del comercio sexual en "Love For Sale", la extendida corrupción en "Anithing Goes", el estilo de vida de la elite plutocrática en " I get a kick of out you", en que logra vencer la censura, nombrando la cocaína; y la naturaleza apasionada del homoerotismo en I've got you under my skin" e "Easy to love"
Falleció en 1964 alcoholizado, deprimido, y con una pierna amputada, pero dejando una nube de belleza sobre el espectro musical de la Tierra. Sincrónicamente, su obra más popular, marca la frontera crepuscular entre la noche y el día, momentos del día celebrados ya por los pitagóricos.
Creo en Emma Thompson
y en la forma
en que actúa con su piel
La ternura que expresa su cuerpo
La lluvia que baña su rostro
aquellas tardes en que sale del set
En mi país
hay múltiples naciones
Persisten los rapa nui
gigantes que enseñaron al mar sus rostros de piedra
Changos
que aún lavan sus silencios en aguas de sol
Quechuas y aymarás,
inventores del nombre de Chile
Diaguitas, artistas de la arcilla
Kawésqar, yaganes y Selk´nam
casi hundidos en el frío del tiempo
seres con fuego en su interior.
.
.
Hay mapuches fuertes como la ternura
héroes de resistencia
seres creados por estrellas
ojos y espíritus del bosque.
Africanos secuestrados de su mundo
y collas,
como mis ancestros que honraron a la Luna.
.
.
Están también los que perdieron su raíz
ignoran el sentir de sus mayores
no escuchan el decir de la montaña
no honran a sus árboles
no recuerdan su herencia
olvidaron su lengua
y han extinguido su luz.
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En la imagen, un grupo de indígenas Kawésqar
Chile lleva en su alma
tanto sufrimiento indígena
genocido y tortura
humillaciones
robo
usurpación
atropellos del hinca hacia la tierra
Tengo frío en mi alma
Quiero hilos de tu nombre
Un lucero parecido a tu boca
La chispa que figura en tu píel
El mundo se ha hundido al revés
y ya no puedo rescatarlo
no cabe un libro más en mi mesa
y el oro del Nilo puebla mi nariz
Capturo palabras
voces que llevan siglos en sus puestos
ideas abrazadas a lo humano
bibliotecas
hospitales
trazos de bondad que permanecen
Los viernes hay un sello en tu nombre
Y me atrapas
Eliges este cuerpo
Y el fuego que rompe mi voz
Ella reduce mi pena
Exige al día su nombre
No es sombra
Es la vida que sana la tierra
Mi hija enseña con su ternura
La gentileza de su nombre
Su brío en la araña
El poema de las trenzas
en su cabeza.
Enseña con sus ganas de conversar
El latido de la música en su carne
Su amor por la gente
Su luz tan grande en los días de lluvia
El lenguaje creó a Dios
y los hombres nos hicimos sacerdotes
fieles
peregrinos
mentes que renuncian a la fe
Me duele esta tierra
Sus miedos de piedra
Cierta actitud de incendio
Tribu de castas
La ausencia del otro en la piel
Gonzalo, imagina la cárcel
El frío atacando la aurora
Cierta piel del silencio
Los humores de la carne
La tumba y el catre de lo humano
Tejes
y los nombre del sol se abrazan
Tejes
y mis verbos caminan en tus manos
Tejes
y escribes un libro de lana
un relato de luz
imperio de nudos
hechizo que encierra la carne
En las calles, el pueblo nos llama primavera
Hijos de la Noche
Hermanos
Seres consagrados al amor
Imagino el mundo sin nombres
antes de que alguien digiera agua,
mamá o hambre
Los cuerpos ya eran viejos en primaveras
y el viejo sol
iluminaba en silencio
Me abraza una araña de hielo
La madre y el padre del frío
Cierto horizonte de ausencia
Una voz insolente
Cierta premura de muerte
Aquí observo el tiempo
Atisbo su piel bajo tu chaleco rojo
camino sobre techos sangrantes
y lo siento sobre mi rostro
justo entre las 7 y las 10
Dadme la ciudad de Londre
y el domo de Saint Paul
Ese que miro ahora desde el Tate
Desde las cimas de Bruneleschi
Encaramado en Sofía
y, por cierto, desde el viejo Panteón
Darme el Támesis y sus lanchas rojas
Aldergate Station
El afán de los cambistas
Nuestra casa en Covent Gardent
El teatro que espera a Isidora
junto al agua que vendrá
Y gracias por la sonrisa roja en mis ojos
su elección de truchas y rábanos
ciertos remolinos en el río
La puerta que abrimos en Londres
El sol tiene su raíz en el fuego
Allí muerde la piel del universo
fecunda el paisaje
anima los mares
sopla su luz hacia el cielo
Vamos a Cambridge desde la Cruz del Rey
Es cosa de ingresar al bosque y encontrar las
hallar el ojo de las nubes
Bajar en picada hacia la Torre Mayor
Lo que no entiendo
son las leyes del sol
Cierto amor por el Soho
El dolor de los actores
La ira y el deseo
Nuestra sidra
Ventajas de la noche en Trafalgar Square
Nada en el mundo está fuera de Londres
Piedras y sonámbulos la visitan
Lo mismo que la sombra de los colores
Nuestro brillo de enamorados
Un breve rocío
Sinfonías aún no escritas
El silbido y la nariz del tiempo
Leonardo tiene su puerta al cielo
Por cierto, un acto de justicia
Química del tiempo
Su alma en la ciencia de volar
Sálvame de Roma Lorenzo
Defiéndeme de sus taxistas
Dame sombra en este calor
Guíame en el viaje de las palabras
Maestro del sentido y de los términos
Hombre tallado por la luz
Junto a Carola
En la marejada de sus ojos
Sobre las orejas del verano
Asido al rabo de un taxi
Mi cuerpo está sobre piedras y agua
pende de una soga vestida de algas
recibe y refleja al sol
flota sobre aguas tranquilas
mientras el texto lo observa
y lo empuja a la orilla
Antes de Santa Zita y el Santo Rostro
La mitad azul del verano
Voz tranquila del Serchio
Una copa de luz en el patio de Gentucca
Quizás mi pan se convierta en flores
y nuestra agua en vino
gente baila junto a su santa
los viajeros siguen anhelando a Lucca
No le mientas a un poema verde
No lo hagas porque es infinito
y escucha tus sombras
salta y retorna en el tiempo
limpia y recibe tu boca