Admiré a mi padre
Ello me hizo Ministro de Dios.
Para respetar a mis antepasados
me envió a trabajar los campos
Me enseñó a levantarme contra la injusticia de la segregación
Trajo luz a mi conciencia
Leyó junto a mí la palabra del Señor.
Cuando caí preso, el alzó su voz de protesta
Me besó en la frente
Después del puñal
Después de la bomba
Despúes de mi muerte.
Y pese a todo siguió enseñando y predicando
Aunque a balazos mataron a mi madre
Mientras él oraba con toda su fuerza
mientras ella elevaba su música al Señor.
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