Fui por allí
Buscaba mis ojos y mi brazo derecho
Ensangrentado
Llevaba mi mano izquierda entre labios
y corazones
tierras baldías
pastos amargos
plazas con leones y damascas
Mis dedos restantes
heridos de realidad
tocaban humedades
y hendiduras
ciruelas de diciembre
higos que expulsó el paraíso
Y mi brazo diestro
estaba encerrado en su palacio
aferrado a su anillo de oro
su reloj de marca
el whisky que bañaba sus hielos
Mis ojos, en cambio
arrancados de mi alma
estaban heridos de miedo
observando por cámaras y rejillas
ahogados en luces de pantallas
embobados por lo útil
atónitos ante el delirio y la farsa.
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