Apunto la mirada al silencio
Al espacio de lo nuestro
El ímpetu de la lluvia contra el cemento
Los trabajos del árbol por crecer
Los cuidados del sol hacia el bosque
Apunto la mirada al silencio
Al espacio de lo nuestro
El ímpetu de la lluvia contra el cemento
Los trabajos del árbol por crecer
Los cuidados del sol hacia el bosque
Hoy daré cien abrazos
Antes y después del pijama
A la hora de almuerzo
Justo, tras la señal de la paz
No quepo en las horas
Ni siquiera en los años que me prestó el silencio
No quepo en el tiempo
Estoy acurrucado en la luz
Me espero a mi mismo y no llego
Estoy aún en un tren lejano
Mis alas están aún plegadas
Los patines duermen en mi bolso
Hugo Riveros Gómez
Hermano de Guillermo Riveros Gómez
Logia Aurora, Valparaíso
“Ya vendrá el día en que hablemos
de la luz”
Miguel Riveros Silva, su hijo
Rostros asesinos
dibujó en su alma
Intramuros del Cuartel
Borgoño
Aquella intensa
presencia del mal
El año y la hora degollando
al sol
Verano de 1981
Sobrevivió para
registrar las sombras
Volcarlas en cuadernos
de combate
Remitirlos a grupos de
resistencia exterior
Insistiendo en exponer
su vida
La amplitud de su espíritu
El poder intenso de su
luz
Descubierto en su
arte-coraje
En julio ocho
Volvió a ser
secuestrado
y lo arrastraron a la
montaña silente
para ocho veces
apuñalarlo en su centro
Aquel corazón de luz
El punto que esperaba
al compás
Hugo abrió los ojos en
la conciencia de su hijo
En la marcha recta de sus
hermanos
Vuelo eterno de su obra
Aquella plaza de Chile
que hoy luce el poder
de su nombre
Su energía impulsa
Escuelas de Arte
Se admira allí la
belleza de su gesto
Su poema del ser
Voluntad profunda de
tejer auroras
Talar cobardías
Abrir Alamedas
Gestar la patria de lo
humano
Triunfo del amor y la
luz
Acepto que mi alma figura en las estrellas
En este corazón de sangre
En el viaje sagrado del pensamiento
Carolita, me haces disfrutar la existencia
Persistir en lo humano
Los dominios de el espíritu
Aquel prodigio estelar
que otros llamamos conciencia
Gonzalo, busca la música en tu alma
Está vibrando desde siempre
Te conduce al cielo más alto
El plano del Amor y la Luz
Feliz día Gonzalo
Vas dando pasos en el camino
Siguiendo la ruta de tus ancestros
Creando y defendiendo la luz
En las cercanías de Alejandría
La ciudad va surgiendo desde el fondo del amar
Emerge el Almacén de la Lora
Las altas torres de la Aduana
Nuestra Fuente de Neptuno
Las del cementerio de disidentes
Tiempo le pido a las estrellas
Un lugar para mi palabra
El aliento del sol en mi rostro
La lluvia que premia el silencio
Pido tu cabeza de nubes
Las mañanas que pesan en tu cuerpo
El latido frío de una rana
el hacer y deshacer de la lluvia
Creo ser de carne y hueso
pero en realidad soy de luz
música cruzando horizontes
gota del sol
flujo constante del amor
No tengo guerra en mi alma
pero tampoco intensa paz
hay disparos cayendo en mi jardín
y memorias de suplicios
heridas intensas
en las siete almas de Chile
Buen día para despertar querido Tito
Tal vez caminar bajo leve llovizna
Rozar alegrías de tu esposa
Crear un poema para Maite
Aceptar el agua y la música
Leer testamentos del aire
Borrar las sombras de la tarde
Caminar hasta el techo del mundo
Tantas veces mi tata
caminando sobre Valparaíso
hundiendo sus zapatos de gigante
sobre la brumosa realidad de las nubes
Hay mañanas en que caminamos hasta Copiapó
y vemos a su pares cosechar tomates
sandías enormes
a menudo más altas que un hombre
con semillas que parecen platos de maderas
o escudos de guerreros aztecas
A veces nadamos en lagunas
creadas con jugo de sandías
y palpamos sus barrigas
en busca de alienígenas
ángeles
o duendes de la selva copiapina
Tantas veces mi tata elevándome a las estrellas
oteando máquinas de hierro en el horizonte
cruzando las puertas de la noche
viajando desde el azul hasta mi alegría
Justo en el arcoiris existe otro Copiapó
Uno en ruta de estrellas
Lo habitan mineros y cortesanas
Barberos de afiladas navajas
maestros normalistas
bicicletas de oro
Hembras que cultivan la tierra
En ese paraíso abundan tréboles que sonríen
Membrillos y maíz de ancestros
Aquellos héroes con sus balas de plata
Periodistas embriagados de futuro
colegiales que aún leen
y poetas horadados por el verbo
Hijita
Hay un letrero de alegría en tu alma
Extenso salón con guitarras
Tu piano cerca del ventanal
Viajé a Cabildo
Había más de un cielo verde
Una comisión de doce higueras
La mitad de una luna risueña
Emilio tiene pacto con la luz
La registra, la nombra, la revela
Su arte conserva primaveras
Aquellos abrazos de otro siglo
Esas manos que alzaron nuestros templos
En sus ojos: chispa del pensamiento
Formidable poder del respeto
Dominio sobre uno y más planos
Arte de cuidar los momentos
Nuestra historia instalada en su conciencia
Emilio es abuelo de alegrías
Gentil artesano de auroras
Trazo fecundo del círculo
Hiram brillando en sus silencios
Su alma lleva el disco solar en su centro
Estuvo en la gesta de 1970
Abrazó a los fundadores
Asistió a fiestas y desencuentros
Observó la fuerza de Eneas Catalán
Colores de Víctor Hugo Arévalo
Altas virtudes de Mario Rossel
Tengo miles de lazos
hacia el ser de mi hija
y vivimos azules
junto al centro del mar
Ella construye nuestro cielo
Sana los solsticios
Perdona al arcoiris
Borra nuestro libro de tristezas
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| Foto oficial de la USM |
Pronto subiré hasta mi alma
Aquella que sube hacia el sol
Conversa con montañas y ríos
Elige desnudarse en la lluvia
y recibir la luz en su rostro
Uno Norte esquina
Libertad
Tantos hemos cruzado
esa primavera
El tiempo gira en esos
instantes
La niña siente la
presencia de su padre
El sol duerme en
silencios
de un hombre en
cadenas
Uno Norte esquina Libertad
Ximena espera el fuego
en nuestro templo
Percibe la presencia de
su amigo
Mármol en altas
columnas
Bandejas con pétalos
Ritos de Helios en la
Atlántida
La mano de Ronnie
mantiene a nuestra niña
en la tierra
la ampara entre jardines
sin tiempo
lejos de golpes y tormentos
navío del sol que se
pierde
la Patria que herida,
se muere
Uno Norte esquina
Libertad
Nuestra Luna habita en
ese sueño
Se levanta Asamblea de
Espíritus
Estandartes de
ilusiones
Encuentros y abrazos imposibles
Misterios del crepúsculo
Vino y abrazos en mi
secreto
El sol me pidió que te llamara Isidora
Niña de la aurora
Océano de invierno
Poema que cruza en mis sueños
Dónde estaba Sergio?
Acaso en la cúspide de un poema de metal?
En el silencio que viaja entre
palabras.
Los relojes de Fernando.
La benigna sonrisa de Manuel Romo.
Estoy ahora en Independencia
Cerca del fuego y el Libro del Tiempo
Cientos de almas observan mis sueños
Hay abrazos del sol
Momentos sagrados
La ciudad girando en el viento
Pabló golpeó las puertas del templo
Recibió en su rostro: luz de alta estrella
Giró tres veces alrededor de mundo
Aprendió a reconocer sus hermanos
Cantó con nosotros al cerra el círculo
Murió un papá
Con él han muerto todos los padres del mundo
Sal que inspira la tierra
Tempestad que manda
Libro que escribe el celador
Murió un papá
y su hija lo salva en la aurora
la lluvia duerme en su rostro
su infancia perdura en el bosque
Murió un papá
Así como mueren las bodas
Los primeros días de escuela
La parra que estaba en el jardín
Murió un papá
pero no ha muerto del todo
persiste en las manos de sus hijos
rutas que cruza nuestro pueblo
estrella de luces silentes
aquí en nuestro cielo interior
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Poema creado con ocasión del fallecimiento del papá de Daniela Cordero