
El día que celebramos es un día feliz.
Tras el Karate, la Casa Verde.
Mucho celeste y pocas nubes.
Tu nombre en boca de Myriam.
Yo buscándote para extender alegrías
La pequeña idea te hace gracia.
Ese impulso del espíritu te alegra.
y ese afán me abraza.
Nos escribimos. y te descubro.
Llegas a mi hogar
Las flores se acercan a tocarte.
Los árboles mudos susurran
La tierra repite tu nombre
Y los cuerpos del cielo
fijan su lugar en mi ventana.
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