Seis días después de anunciar mi martirio
tomé a Pedro, Santiago y Juan
y los conduje sólo a ellos a un monte elevado.
Allí, me transfiguré en presencia de ellos
Mis vestiduras se tornaron resplandecientes
de un blanco nunca visto
Elías y Moisés aparecieron sobre las rocas
y conversaron conmigo.
Pedro, ocultando su miedo me dijo:
Maestro, ¡que bien estamos aquí!
Hagamos tres carpas
Una para ti, otra para Moisés y para Elías
Pedro acotó que no sabía qué decir
pues lo inundaba el temor
Entonces, una nube nos cubrió a todos con su sombra
y salió de ella una vos
"Este es mi Hijo, muy querido, escúchenlo!"
De pronto, sólo Pedro, Santiago y Juan me acompañaban
y mientras bajábamos del monte les prohibí contar lo sucedido
hasta mi resurrección desde los muertos
Ellos guardaron silencio, pero en su interior se preguntaron
qué significa "resucitar de entre los muertos".
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