El viernes 26 de septiembre reciente, Jorge Burgos, ecologista y gran jardinero valdiviano, estuvo sembrando semillas de bosque en nuestras conciencias. Nos trajo su sombra, el tacto del ramaje, la humedad del barro bajo nuestros pies.
Jorge que ha sembrado
en nuestro jardín la ginkgo biloba, el sagrado
canelo y el rosal eterno, nos
enseñó una nueva forma de acceder a la naturaleza, sin juzgarla, disfrutando el
canto de los pájaros, respirando las mil partículas que lleva y trae la brisa,
abrazado con cariño a nuestro hermano roble, al sauce y la tan querida palma chilena.
Se trata de los “Baños
de Bosque”, técnica originaria de Japón que ahora florece en nuestra comunidad
y comienza a ser prescrita por médicos y psicólogos.
El Gran Salón de la
Casa Masónica viñamarina, cumpliendo instrucciones precisas del Gran Maestro, se llenó con seres sedientes de bosque que acudieron
a este llamado de la foresta, aquella que aún pervive en la raíz de nuestra
existencia y que siempre ha respirado en nuestra alma. Entre ellos, numerosos
alumnos del Liceo Bicentenario de Viña del Mar.
El evento fue
organizado por la Cámara Cultural Oscar Farías Urzúa, de Viña del Mar.




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