Atiende Gonzalo a la labor del silencio
Al prodigioso hacer de las estrellas
Al mínimo azul con que paga la ternura
A la nube que se filtra en tus sueños
Atiende Gonzalo a la labor del silencio
Al prodigioso hacer de las estrellas
Al mínimo azul con que paga la ternura
A la nube que se filtra en tus sueños
Perfora Gonzalo los límites del cielo
La fecha en el portal de los siglos
Aquellos cuerpos de gigantes
La masa que golpea al infinito
La muerte tararea en cada esquina
Por eso sigo el camino de la aurora
Mi linterna es la intuición
¿Qué canta ahora esa tristeza?
¿Por qué se filtra en mi carne?
¿Acaso se aloja en mis silencios?
Andrés
lleva sobre sus hombros
triunfos y
tumbas de Chile
silencios
que gritan en Quillota
su exilio
entre el cielo y la pampa
Aprendió a
escuchar para explorar el alma
Viajar en
el tiempo
Ensayar su
alquimia en los recuerdos
Encender su
lámpara en la infancia
La muerte
bombardea a sus costados
y sale
intacto
sobrevive a
envidias y tristezas
lo purifica
el fuego
es vasto y
robusto su arte
Nuestro
hermano fue educado
en la
pedagogía del amor
Allí cerca
del Ascensor Lecheros
junto al
rostro y luz de Valparaíso
calle
Eduardo Jenner
en
laberintos de su luz
Deber,
honor y unión
quedó escrito
en su pecho
Arte de
sanar
le
inculcaron nuestros padres
Ser justo y
leal
fue su sello
la Asamblea de este pueblo
Superintendente,
gobernador, doctor
Así lo llama
nuestra Patria
En nuestra casa:
simplemente “querido hermano”
Siempre
sereno e inteligente
Humilde en
su estatura de gigante
Alma al
servicio del bien
El solsticio me llama a los bosques
Enciende sus fogatas de invierno
Abre sus portales de invierno
Muestra los rostros de Juan
Silvana tiene modales de ángel
Acepta el poema de la tierra
Es laica como el agua
Le da permiso a su dulzura
Acoge con un beso en la frente
Bajo nuestro cielo
Ella atiende moribundos
Crece en el caudal de sus miradas
Irradia ternura
Se sienta en tabúes
Recibe luz del que padece
Desciende a la raíz de la pena
Es feliz
La alimenta lo humano
Hizo un jardín con el amor de sus padres
Estudia técnica y arte
Cultiva emociones
Instala espacios del espíritu
Crece en el andar de su hijo
Conoce rostros del invierno
La anhela el que sufre
Lleva el océano en su mirar
Aprendo a disfrutar los silencios
Recibo caricias de la aurora
Subo los peldaños del viento
Inscribo mi campana en la luz
En aquellos tiempos celestes
“Placeres” estaba suspendido sobre las
nubes
Poseíamos
un bosque en Cabritería
Había
rastros de sangre en la ruta de Portales
y un
palacio de luz gobernaba sobre el océano
33 era el
número de nuestra escuela
y allí
enseñó el libro azul de la primavera
nuestro genio
protector:
Pedro
Espinoza
Carvajal [1]
Con él la
escuela fue centro de aventuras
De su
bolsillo adquiría libros
Motivaba a
recorrer el alma de los pueblos
Nos hacía
palpar la libertad
Chile se
sembraba de futuro
Anotaba logos,
tropiezos, silencios
Veía en
cada alumno el universo
Nos trató
con dulzura
Fue
Prometeo regalando su fuego
Con sus
manos construyó escenarios
y seres de
tela que otros llaman “títeres”
Nos enseñó
a crearlos con globos
y un
pegamento de leche y lluvia
Recuerdo que
mi espíritu habitaba en el Lobo
El bosque
era mi hogar
Con su
ayuda construí mi propia “Comedia”
Aquel fue
mi primer trabajo sobre la tierra
Así
alegramos cumpleaños con héroes de tela
y
festejamos al viento
que reinaba
en las calles de Placeres
Los
domingos
desde el
emporio de mi padre[2]
caminaba hacia
el Cine Carrera
Allí el
maestro proyectaba el Gran Arte
Nos hablaba
del hombre ascendiendo a la Luna
Aquellos
viajes interiores de Bergman
Profecías
de Platón en su Caverna
Nunca el
maestro habló de elecciones
candidatos o
partidos
pero forjar
la libertad fue suficiente
no había
espacio para su luz
en la
escuela de septiembre
pero siguió
enseñando desde lejos
con sus
consejos y sus aplausos:
¡podrías ir
más allá con tus sueños!
¡bravo por
el trabajo bien hecho!
¡Lo anotaré
en tu hoja de vida!
¡Estoy
orgulloso de tu esfuerzo!
Hace pocos años se disolvió en la luz
Reside
ahora en la poesía
Escuelas
que construye nuestro pueblo
Nuestro
viejo Placeres
que sigue
volando sobre el tiempo
[1] Profesor normalista, galardonado en 1963 con el premio
Alfredo Nazar Feres
por la Municipalidad de Valparaíso. Recordado maestro en la escuela “República
del Paraguay” y en el Liceo del Cerro Placeres de Valparaíso.
[2] El poema está construido sobre
los recuerdos de Patricio González, editor de libros.
Analía ha sembrado un bosque de acero
da vida al pantano y sus flores
hace cantar a las aves
menciona el agua que derraman los cielos
cae infinita y perfecta
sobre el piano que abraza en silencio
Me agrada el pueblo de los pares
Su bandera izada en el binario
Su estrella de ocho puntas
Los cuatro valles de su kultrún
Celebro que sepas abrazarme
Nacer en mi boca
Perdonar la cal que cubre mi tumba
Cruzar el ramaje que oculta mis estrellas
Saldré a enseñar mis poemas
Serán higos frescos en ramas del desierto
Mi alma en el viento
La campana azul de Temuco
Estoy a dos kilómetros de la lluvia
Mientras Isidora busca refugio de la tempestad
Llueven cabarets y montes de piedra
Vuelan cartas y reclamos
Una medalla para la fósforo
El alma vuelve a vestir su libertad
El alma no viste pantalones ni falda
El alma viste libertad
Quieres encerrarla y no es posible
porque fluye en sueños
rompe tumbas
vuelve una y otra vez a cantar
Fabián me hace pensar en campanas que tañen el silencio.
Estrellas oscuras.
Vibraciones que no empujan el viento ni extienden sus círculos en el agua.
Existo en la Asamblea eterna de Lessing
Perdura mi luz en calle Camila
Allí animo artistas
Enseño puertas a valles etéreos
y extiendo el plano axial de la belleza
Tempestad y viento me respetan
Recuerdan estrellas que arranqué de sus olas
Me llaman capitán, ser de paz
Luz al servicio de los hombres
Otros me llaman “empresario”
Hugonote
Seguidor de Cristo
Hombre de bondad
Masón en las tres esquinas del silencio
Mas solo fui lo que fui
Digno enamorado de Camila
Padre de Georg
Descendiente de un Maestro del Arte
Iniciado entre columnas de Germania (1873)
Secretario del velero Lessing
Impulsor del Bote Salvavidas
Alma que buscó cumplir las escrituras
He sentido tu amor en un picante de camarones
Larga vida a los sabores del Rimac
Poema del ají
Crema descansando en el fuego
Nueces en la sombra
Tomates regalando sus sabores
Carola baila y la tierra danza con ella
Taconea el Sur y siete formas del sol
Las palabras aplauden
Nuestras sombras de Recreo
escalan hasta el tablado
y con tacos de acero y mantones de seda
forjan en el flamenco su metal interior
Ellas taconean y la noche se ha tornado aurora
Aves migratorias irrumpen y también danzan
Formar círculos y líneas
Llevan peinetas en sus crestas
Irradian su magia andaluz
Cony baila y percibe los tacos de su hija
Claudia gira sobre los techos
trepa los cielos del barrio
cruza océanos y siglos
descansa al llegar al Guadalquivir
Amor como primer eslabón de la justicia
Antes que la razón y el compás
Antes que la igualdad
y el nivel que la convoca
No ingresaré a la sombra
No beberé en las aguas del odio
No alzaré mi casa en Dite
Ni mataré de hambre a los niños de Gaza
Busco en mi alma la danza
Mis antiguos zapatos saltarines
Esos de otras vidas
Cuando caminaba entre nubes
y bebía el aire que precede al rocío
Lo que falta en el azul es el sol
Aquella luz que viaja en el fono
esa risa cantante de estrellas
la palabra que nace en tu boca
Amo el descenso cordial de la luz
Su constante hambre de luz
Su música silente
El rol de las flores en su presencia
Viene nuestro pueblo a cantar
Festeja sus coros y sus pianos
La luz de sus templos
Estos muros que cantan
Nuestro año en los brazos del siglo
Aprendí a nadar en tu alma
encender mi lámpara en tus aguas profundas
recibir el oleaje de tu bronca
mecerme en tu amplia dulzura
Soy lo que dice el silencio
Un himno de la sangre
Rio que sueña
Campana que antes fue viento
Busco en el cielo una sonrisa frecuente
Esa digna caricia de la lluvia
Aquella alma quebrada por el rayo
El poder del viento
Volantines que brincan a gritar: septiembre
Le he dicho al Norte que regrese
y fume en mi casa la paz
asista a la fiesta del agua
y a la noche en que retorna el sol
No olvida la cría a su madre
Ese cosmos de estrellas
Ese intenso manantial de luz
No olvidan los ojos al cristal primero
No olvida la piel su primera caricia
Ni la boca su leche de inicio
Erré al borra la primavera
No basta con el verano para disfrutar el sol
Hay que verlo niño creciendo entre la ramas
Miles de azahares respirando
Límpida noticia del silencia
Conservo en mi alma un cincel
Enfoco en su hierro mi juicio
Porto un gran mazo, unión de todas mis fuerzas
y una lámpara con que abro horizontes
Subo y desciendo los montes
Comparto mi luz en la noche
Llevo el compás unido a mi conciencia
Con la escuadra examino mis acciones
para revisar los planos
mejorar la obrar
transformar la tierra
Voy de Quilpué hacia Recreo
La luna vuela a mis espaldas
Cargo fuego y el viento
Trabajos de Paulina
Guerra y sus horrores
Medianoche en mis silencios
No te olvides Gonzalo
No dejes los platos colgados del viento
Las ollas volcadas en el alma
Las tazas escondidas tras la puerta
Inundado de agua y mate
Alimentado por seis balas
Hijo adelantado del viento
Marido digno/ Mejor amante
Presidente filósofo
Prófugo de Punta Carretas
Diógenes al mando de la primavera
Tupamaro en su volkswagen de de piedra
Hombre en busca de su madre
.
Derrotado muchas veces y jamás vencido
Herido en su cuerpo y en su alma
Torturado hasta los dientes
Conciencia que no odia
Ser erguido desde el amor
Espíritu que brilla en el silencio
Rehén en manos de criminales
Hombre que galopa hacia adentro
Sabio que cuidó a su niño
Su espíritu cultivó las flores
.
¿De qué poema escapaste viejo lindo?
Tu vida es un milagro
en el trajín de las monedas que ahoga la política
porque pobres son los que quieren más
.
Estoico te llamaste a ti mismo
y volviste a nacer en cada reja
en cada sala de suplicios
en cada intento de la noche por devorar las estrellas
Menuda primavera la que grita el silencio
Agua rompiendo la montaña
Sinfonía del verde
Verdad de las flores y la empanada
Para Cecilia bosques de Normandía
Mi campana de oro
Trigo que crece en el viento
El aula en que duerme la aurora
Cien vinos de Chile
La copa en que bebe el amor
*
Para ella la tregua del tiempo
Nuestro templo de copihues
La sombra que busca al Canelo
La Patria que grita al despertar
*
Para Ceci el fulgor de los nombres
Aquella paz de los sabios
Presencia de un puma
El cielo con abrigo de algodón
Sobre el escenario María
Niños bañados de aurora
Nieve de siglos
Viejas canciones de montaña
El Ser y la gracia de Nueva York
El otoño nos presta sol
Resplandece en los caminos de Chile
Conduce a la paz
Justo hacia el nombre de la luz
La lluvia bañó a Isidora
Soltó sobre ella los poderes del cielo
Qué poema secará su rostro?
Dónde buscará el fuego?
Quién la abrigará de azul?
Ella se ha sentado en mi sillón
Camila me cuenta su vida entre sueños
Beatriz fuma
Fabiana nos mira en silencio
Imagina Gonzalo que puedes rescatar lo olvidado
Bucear en lo borrado
Como lo hace un experto digital
Imagínate en un mueso de tu alma
Observando el claustro de tu madre
Tu bañera celeste
Los resquicios en la habitación de tus abuelos
Dónde se han ido mis recuerdos?
Aquella piel que olvidé
Aquellos viajes diluidos
Tantos cielos que cruzaron mis ojos
Me enamoran los ojos de Carola
Su kuchen de peras
La forma en que busca mi tibieza
El verde con que canta su mirada
Llevo en mis manos una carta de Isidora
Palabras de mi madre
Un broche de plata que dice "Gonzalito"
Las piedras que busqué en el Jordán
El lenguaje es verdad antes de caer en el mundo
Lo es como marca en la tierra
Serpiente que forma palabras
Voz hundida en el viento
Las obreras van en marcha
Horadan el viento
Eligen la aurora
Van pariendo el mundo
Cierran los ojos del tiempo
Campanas marcan el tono de mi cuerpo
Vencen las pelusas del ombligo
Las corazas de este cráneo
La memoria de mi piel
Memory of Bells
Bells mark the tone of my body
The fluff on my navel conquers
The armor of this skull
The memory of my skin
Erinnerung an Glocken
Glocken markieren den Ton meines Körpers
Bauchnabelflaum ist besiegt
Die Brustpanzer dieses Schädels
Die Erinnerung an meine Haut
Mémoire des cloches
Les cloches marquent le ton de mon corps
Le duvet du nombril est vaincu
Les cuirasses de ce crâne
Le souvenir de ma peau
Voy asido a los brazos del tiempo
Lo veo surgir en el rostro de mi hija
La muerte de tantos
Los rincones de este puerto
S'accrochant aux bras du temps
Je m'accroche aux bras du temps
Je le vois apparaître sur le visage de ma fille
La mort de tant de personnes
Les coins de ce port
Clinging to the arms of time
I am clinging to the arms of time
I see it emerge in my daughter's face
The death of so many
The corners of this port
An den Armen der Zeit festhalten
Ich klammere mich an die Arme der Zeit
Ich sehe es auf dem Gesicht meiner Tochter
Der Tod so vieler
Die Ecken dieses Hafens
Sigo siendo tu mejor invento
Temblor de canto
Desayuno urgente
La piel que busca tus silencios
Me sigue el sol
Elige mi ropa de fiesta
Anuda mis corbatas
Borra mi tumba
Cierra mis ojos al dormir
No creas Gonzalo en lo que dice la muerte
En caricias del Puma
El agua que corre hacia el invierno
La tregua que firman los silencios
Alguien se ha llevado mi sangre
11 kilos de mi cuerpo
Cierto cansancio de mi espalda
Mi alma reclamando desde el centro
Pienso en los limones que comerá mi nuevo yo
El cielo que tragarán sus pulmones
Aquella raíz azul en que dormirá mi silencio
la tormenta se acerca
Las armas se cargas
Sigue lloviendo sobre sobre mi nombre
Puedo afirmar que eres hermosa
y danzas desnuda en mis sueños
Hembra con aroma a ciruelas
Carola de Recreo
Vigorosa flamenca
Perfecta rabí de Recreo
Hoy murió Francisco
El que pensó en los pobres
e instaló duchas en San Pedro
Francisco lavó los pies del mundo
Tendió sus manos a los diferentes
Abrió ventanas a las mujeres
No temió seguir a Cristo
El párrafo tiembla al entrar al cuaderno.
Ignora qué vendrá después
Una respuesta de tormenta
o por
Ese largo y agobiante silencio
El cielo está pintado de bruma
Está habitado por bocinas de barcos
Los motores insisten en sus ruido
Apenas hablan las aves
Zarpan metales hacia el norte
Lo que me espanta es el silencio
Monedas sobre párpados helados
La mandíbula sujeta con agujas
El frío al interior de las maderas
Aquel ruido de las tablas al cerrarse para siempre
Mamá, me abrigo con tu recuerdo
Vienes y secas mis lágrimas
Pones tus ojos sobre mis ojos
Abres los portales de Tanita
Isidora está en la cancha de tenis
Yo en la pizarra de luz
Cerca de la Música
Mi padre
El abrigo del sol
Mi herramienta es el Caballo de Troya
Este cuaderno de apuntes
El blog en que hablo
La pena que enerva el silencio
Por la noche comí un pastel
El sabor era delicioso
Pude disfrutar de su cema pastelera
Fue mi primer bocado con textura de sueños
Aurora nació de la noche
y la cambió para siempre
Acabó el carrete eterno
El silencio de los dioses
La ausencia del sol
Mi poema camina de cabeza
Lastima sus manos con piedrecillas
saluda cuncunas y caracoles
Lleva toda la sangre a sus ojos
Se siente lanzado desde la luz
![]() |
Laura Rodig, "Mistral", 1920-1924 |
La magia de Isidora trae a Saci
El niño bota el agua del filtro
Derrama el televisor sobre la alfombra
Contagia su virus a un cisne
Pan ha ha descubierto la belleza
Pasa entre los bosques persiguiéndola
Ella alcanza el río
y entre el cañaveral se disuelve
Pan se acera y canta entre las ramas
Luego sueña y piensa
Inventa la flauta
Retorna la ninfa
Ahora danza en los cielos
Hoy es día de elecciones
Habrá primavera en los lápices
Noticias de reproches
Ideas cruzando
Abrazos de humanidad
Carola levita
Sus pantuflas sostienen la tibieza
Ella observa chamanes mexicanos
Explica milagros con su libro
Insiste en tejer a crochet
Espíritus de Perú la observan
Algunas estrellas le sonríen
Una rosa de viento para mi hija
Tal vez el sol en su sueño nocturno
Un simple abrazo
Todo el crepúsculo de este 8 de abril
Acepto el poder de la conciencia
Su reflejo en la aurora
Resisto el rayo matutino
Me repara la brisa
El canto
Nuestro viaje interior
Me gusta ser feliz los días de lluvia
Elegir la bruma en mi espalda
Llegar al perfume de los picarones
Sentir la lluvia desde altas cumbres
Las estrellas demoraron en ser humanas
Por eternidades precedieron al agua
y las selvas
aquellos pequeños roedores
el latido que canta en nuestro centro
Ahora se han vuelto humanidad
ríen en tu rostro
lloran
piensan
paren hijos
a veces recuerdan su viaje de luz
Hay tempestad fuera de la Caverna
En su interior no hay fuego ni música
Pero unida al silbido del viento
Se levanta entre nosotros: la palabra
Va naciendo sílaba por sílaba
Trae libros y luces
Ancianas relatando nuestra historia
Madres enseñando el alfabeto
Herramientas y vigor del Arquitecto
La decimos al unir los corazones
Juntos en la acción y el servicio
Hermanos bajo sombra de acacias
Sencillos constructores del alba
He comprado calcetines para el invierno
Hijos de ovejas asiáticas
Tejidos por robots
Hermanos secretos del sol
Hay naranjas hablando en mi huerta
Comentan el canto de estrellas
Ciertas discusiones de pájaros
Los nuevos zapatos del rocío
Cae sobre Victoria el uno de abril
Su uniforme azul
Las manos heridas de un niño
Su perro que duerme en Playa Ancha
No es legítimo este miedo
Ni el temor al otro
Ni el desprecio
También Judas es nuestro hermano
Y pronto será liberado del hielo
No es legítimo este miedo
Pues solo el Amor es justicia
Incendio de aurora
Belleza horadando el silencio
Pienso en la textura de mi conciencia
Lazos entre sus partículas
Continuo oleaje entre las mentes
Su unión al canto del sol
Intuyo rutas hacia el ser de mi hija
Viento sobre el mar
Oración de miles en mi silencio
La gran ventana en que silban los sueños
¿Quién observa al mundo por medio de mis ojos?
¿Qué escribe la música en mi alma?
Un bosque respira en mi cuerpo
El lucero despierta en mi mente
Lamo al Amor
para que venga a imponerse en mi pulso
Abrigue mi pena
Conduzca mi abrazo y mi verbo
Elegí enseñar y un río de niños
hizo de mi alma su casa
Fui aurora y poema en la Escuela Normal de Chillán
Escribí mi historia entre Talca y las riberas del
Maipo
Cuatro estrellas nacieron en mi alma austral
En mi hogar recibí a Salvador Allende
Lo saludé ante mi pueblo de labradores
Hora brillante de Chile
Triunfo del arado y el pan
Por orden de la presidencia
Mi aula fue invitada al Cerro Castillo
Hubo bandera de alegría en cada rostro
La tortuga estuvo en nuestro asombro
Quince días viajamos entre parques
y las ondas amigas del mar
Mas las luces del verano se rompieron en septiembre
Hasta mi sala llegó la barbarie
Fui arrancada desde sílabas y galaxias
Secuestrada dese el pupitre
Arrestada ante los ojos de la infancia
Un temblor de miedo derribó la campana
Arrodillada en el patio y junto a la fuente de agua
Sentí con fuerza la mirada de mi hija
Nuestro lazo invisible
El latido feroz de ser madre
La certeza de volver a levantarme
En celda de carabineros
Fui golpeada, vejada y violada
Zona de Reforma Agraria
Viejos castigos del feudo
Mi cuerpo como trofeo de guerra
Desde mi dolor y el cariño:
Sobreviví
Padres de mis alumnos intercedieron
Especialmente los dueños de la vid
Centenarios gobernantes de la tierra
Nuevamente de pie y encendida mi antorcha
pude seguir enseñando
celebré triunfos de mis hijos
volví a vivir en Democracia
volví a viajar entre conciencias
La comuna me nombró patrimonio inmaterial
y heredera azul de Prometeo
Me hice puerta y reflejo de libros
Maestra de cada madre de esta Isla
Educadora de abuelos, padres y nietos
Fuente de amor en esta tierra
La niña piensa en antiguas mascotas
canitos que existieron antes y después
invoca cazuelas y gallinas
huevos de su desayuno
casa en Recreo sembrada de huevos
Entre mis amigos: navidad y tiempo
Trompetas
Mi coneja favorita
Esta torta que tú preparas
Las velas que enciende mi hija
Se extrañas el camino
La ruta que llevaba a la altura
Cierto perfume de verdad
Palabras que penden de estrellas
Una corona para Jesús
Gritan los soldados
Y uno funge de sacerdote
Otro de paje
Otro de heraldo en Concepción
Vladimir tiene agujas en el corazón
Respira entre tubos y drogas
Pliega y despliega sus vísceras
Viaja entre estrellas y recuerdos
Hay un libro de roces
Cometas que casi horadaron estrellas
Vidas casi unidas por un hijo
Balones en los postes
Ejércitos que llegaron hasta la puerta
Hay paredes y silicios en la sombra
Sacerdotes empujando el otoño
Iluminando las tumbas
Regando las espinas del miedo
Busco a mi hermano en el parrón
En el living de calle Yungay
Ciertamente en asiento trasero del Volkswagen azul
Ocasionalmente en las pichangas
Tanita vuelve a reclamar por llevar mi maleta
Alza su bandera sobre los hombros de nuestro abuelo Bladimiro
¿ Hacia dónde vas Vladimir?
¿Llevaste tus buques de metal?
Los ojos grandes de tu hija
El ser y aventuras de tus niños
Cuidado, te faltan los abrazos de tu padre
Un pañuelo bordado por tu madre
Aquel reloj que marca el destino
Tus libros de mosqueteros gladiadores y piratas
¿ Hacia dónde vas Vladimir?
Lleva auroras en tu alma
cintas bordadas por tus hermanas
los mil aromas del campo
Es difícil romper el asedio
Sobrevivir al imperio de las bombas
Estruendo de mil relámpagos
Olas y olas de fuego
El cielo que insiste en disparar a las almas
Y si tuviera fe?
Y un ángel se reflejara en mi alma?
Y la uvas fueran el sabor de las estrellas?
Hoy viajé a Isla de Maipo
Andrés me llevó en su nave roja
Abracé a Raquel
comí uvas muy dulces
me llevé el sol
cierta memoria del infierno
Lucy a poco trecho de Lonquén