Siento en mi piel la primavera
Oleaje frío de Recreo
Yates jugando en la bahía
Gaviotas naciendo entre las rocas
Siento en mi piel la primavera
Oleaje frío de Recreo
Yates jugando en la bahía
Gaviotas naciendo entre las rocas
Letras Laicas, la Fundación Placeres y la Jurisdicción Viña del Mar de la Gran Logia de Chile realizaron la presentación de los libros Gabriela Mistral entre masones y Escritoras y Escritores masones Volumen II, ambos de la Editorial Occidente,
Gloria Sepúlveda reseñó el libro sobre Gabriela Mistral y Blanca Carrasco hizo lo propio con la obra sobre escritoras y escritores masones.
Amelia Donoso saludó al público a nombre de Letras Laicas y Alejandro Sepúlveda lo hizo a nombre la Jurisdicción Vila del Mar de la Gran Logia de Chile.
Al cierre de la ceremonia, la Fundación Placeres rindió homenaje a los educadores Gloria Sepúlveda, René Flores y Raquel Rebolledo.
La actividad contó con el aporte musical de Isidora Villar Jacquin, cantando El día que me quieras, de Gardel y Le Pera, con letra inspirada en la poesía del mexicano Amado Nervo, dando cuenta del contexto en que José Vasconcellos, teosófico y francmasón, llamó a Gabriela Mistral a colaborar con educación de las masas indígenas y mestizas en el país azteca.
Gonzalo Villar actuó como animador y responsable de la entrega de medallas y del libro en homenaje a los educadores.
Escribes y me arrastras a tu alma
Cantas y me llamas con tu voz
Bella creadora y orfebre
Poeta hermana
Sencilla pintora de luz
Irradias paz
porque estás llena de alegría
es calma tu aurora
música tu nombre
y rayo de luz tu presencia
No quiero que seas de piedra
sino que un muro de flores australes
fuerza del espíritu
agua que empuja el pensamiento
Elijo los abrazos de Isidora
Sus andanzas en el bosque de la historia
Bella ciudadana
Muchacha defendiendo la aurora
Una parra
Tierra de labranza
Dos racimos arrancado del cielo
Nuestro arroyo bañando los pies
Vengo con Nasrudín a completar el día
Él me habla de Bujará y Samarkanda
Sus quince viajes a China
Los viejos y sabios sogdianos
El olor de Bucéfalo
Aquella fuerza espiritual de Mahoma
Luz interior que transforma la tierra
Gabriela Mistral entre masones
En los albores del siglo XX, Gabriela Mistral
encontró en los amigos de su padre, profesor primario, las bibliotecas, las
conversaciones y las oportunidades para publicar sus poemas en la prensa
radical del norte verde.
Estos círculos eran masónicos y la condujeron a
la Sociedad Teosófica, que le abrió las puertas culturales de México y Centroamérica,
por medio de sus revistas. La Sociedad Teosófica fue precursora de la
Masonería Mixta Chilena.
Esta conexión masónica- teosófica permitió que el
mexicano José Vasconcelos la
convocará a liderar el gigantesco desafío de llevar educación a las masas
indígenas y rurales de su segunda Patria. Para eso la llamó directamente
desde el gobierno del país del norte.
Los círculos masónicos la condujeron también a
Pedro Aguirre Cerda, que apadrinó su carrera pedagógica y diplomática, obviando
su carácter de mujer autoformada.
Asimismo, los círculos masónicos, alentaron las
búsquedas espirituales de Gabriela, que abordaron el Yoga, una amplia conexión
con el budismo y el cristianismo místico bajo el modelo de San Francisco de
Asís.
Con todo, en los liceos chilenos, Gabriela fue
distanciándose de la francmasonería o, mejor dicho, de la idiosincrasia de los
masones, pues ella no provenía de la Escuela Normal ni del Pedagógico, el
camino que seguían los francmasones educadores y sus esposas, grupo social que
veía con ojos de envidia el ascenso de Gabriela.
Por otro lado, le decepcionó que los radicales
no abordaran las injusticias del mundo rural. Ello explica su explícito apoyo a
los dirigentes de la Falange Nacional, precursora de la Democracia Cristiana y,
por cierto, de la Reforma Agraria.
Incluso al elegir su seudónimo, la poeta evoca un artista francmasón, revelando una conexión con Gabriele D'Annunzio y toda la rica tradición espiritual de Italia, que une a Francisco, Dante, Da Vinci, Verdi, etc. Además, el nombre Gabriel evoca la alta energía que proviene de Dios y que está presente en las distintas religiones abrahámicas.
Escritoras y Escritores masones Volumen II
Manuel Rojas, Vicente Huidobro, Carlos Droguett,
Alfonso Calderón, Alberto Romero, Modesto Parera, Teresa Willms e Isabel Morel
entre muchos otros, fueron francmasones.
Creo que hay en la textura de los libros un símil
espiritual del lazo que une conciencias y conforma una conversación entre hermanos.
Ello contribuye a explicar la notable
participación de los escritores en los talleres masónicos.
En el marco de esta actividad se rendirá homenaje a las destacadas educadoras Gloria Sepúlveda y Raquel Rebolledo y al maestro René Flores.
Consigue aquí entradas liberadas.
Hoy fue un día maravilloso
Tal vez mañana será mejor
Hay gente que me ama
Tal vez mañana pueda abrazarlos
Escuchar sus conciencia
Crecer en plenitud
En lo que yo creo
es en Carola Jamett
en el amor de mi hija
cierta verdad de la lluvia
y en el tiempo
que hoy brilla en las estrellas
En general, para los hijos las madres no tienen nombre, son simplemente “mamá”, que en el secreto de sus letras significa el océano del que proviene el ser humano o “madre”, el océano en que nacemos, la que nos abre el portal de la vida y guía nuestro espíritu.
Los padres, si están presentes, tampoco llevan nombre y la expresión
papá apunta a la palabra que guía el espíritu, denotando que el rol del padre
se enfatiza cuando el niño domina el lenguaje. A su vez, padre, apunta al ser
que guía mediante la palabra, mostrando el mundo y guiando.
Recuerdo extensas caminatas de madrugada junto a mi abuelo y a mi padre
otorgando refugio a Caviedes, un liceano recién salido de un campo de concentración
o llevándome sobre sus hombros al nadar.
Nuestros progenitores, como Dios, no llevan nombre, porque están
extensamente inscritos en nuestra conciencia y son parte de nuestra individualidad.
En términos más generales, el ser humano puede aceptar nuevos padres, en
el sentido de maestro o guía, lo hace Dante con el espíritu de Virgilio, lo han
hecho millones con Buda, Jesús, Mahoma o Marx, o con sus maestros de escuela.
En el viaje del loco hacia su iluminación, resulta esencial liberarse,
crear una distancia adecuada- de padre y madre, pero a su vez, llevar una
relación armónica con ellos.
En lo que concierne al tarot, la madre es tan compleja que exige dos
láminas para estudiarla.
La papisa, liberada a medias de su yugo y protegida por un velo,
representa a la abuela o la mujer que se hace cargo de enseñar el lenguaje, las
tradiciones, los valores de la comunidad. En ella florece la experiencia y la
intuición. De solo mirarlo, sabe que el niño o la niña están enfermos, tristes
o llenos de miedo. Los espíritus infantiles se apegan a ella como las abejas a
su reina.
Hildegard von Bingen con sus visiones espirituales, sus premoniciones, sus recetas, su rol de educadora, sus libros y sus
avanzadísimas composiciones musicales es
un ejemplo modélico de la papisa.
La emperatriz en cambio, con el dorado que la señala como portadora de la
vida y el águila como expresión de la libertad que inculcará a su hijo, expresa
el poder del amor sano, respetuoso de la autonomía de su descendiente.
Pero fácilmente, la madre puede inclinarse hacia
el control, la restricción de la autonomía, la sobreprotección, la lujuria o la
competencia, fundamentalmente con las hijas. Astriflamante, la Reina de la
Noche en la Flauta mágica, la madre de Blanca Nieves que busca ser más bella
que su hija, la madre de Ravel y la
terrible Kali, devoradora de hombres, son ejemplos de estas madres no ideales y
hasta cierto punto, de madres reales.
Esta invasión de la madre a la esfera del hijo o la hija, lleva como
correlato un efecto liberador, a saber, la salida del hogar del joven o la
joven y la construcción de su propia
vida.
En otra consideración, la dimámica del control que la madre ejercita con
sus hijos, tras la mitigación de la pasión de pareja, suele
enfocarse en el marido, quién es
gobernado en el hogar por la dueña de casa y en cierto modo impulsado a
abandonar el hogar, tal como lo hacen los hijos. Este abandono puede ser total o
parcial con viajes y la inmersión en el trabajo.
A su vez, el marido suele tratar a su cónyuge como una madre que abriga y
otorga seguridad emocional.
Intuyo que la revolución científica y cultural de los últimos 200 años ha
contribuido a este empoderamiento de la mujer en el hogar, ya que no muere al
parir y ha dejado de tener numerosos hijos que consuman su energía y su tiempo.
En la antigüedad, la figura de la madrastra era esencial para reemplazar a la
madre fallecida. Pensemos en el caso de Juan Sebastián Bach.
Con todo, la madrastra y el padrasto regresan de la mano de los numerosos
divorcios e hijos nacidos de relaciones
efímeras. Tengamos presente al célebre huacho del que nos habla Sonia
Montecinos.
El padre, en cuanto guía va a tender a proteger a su hijo e impedir en que
incurra en riesgos. Pero la naturaleza libertaria del ser humano juega su rol.
Un hermoso ejemplo de esa interacción lo
desarrolla Yusuf ( Cat Stevens) con su maravillosa canción Padre e
Hijo, en que el joven manifiesta su decisión de sumarse a la Revolución de
Octubre y el padre busca persuadirlo de que no lo haga.
Ahora, por más que nos independicemos de los padres, llevamos en nosostros
su lenguaje, sus costumbres, sus genes, creencias, a veces sus enfermedades y sus virtudes. Muchas veces
tenemos sus formas de caminar, de cantar, de jugar con las migas de pan. Pienso
en Brahms acompañando a su padre a los burdeles de Hamburgo, en Mozart burlándose
de su padre en un duelo musical y en Rara, Maurice Ravel, criticando a su madre
libertina, musical y maravillosa en su épera de un acto L'Heure espagnole.
Mi abuelo paterno no fumaba, porque el tabaquismo llevó a la tumba a mi
bisabuelo. Ese es un ejemplo de la impronta que posee nuestra herencia
cultural.
Creo que ayuda mucho a la comprensión de los padres, el hecho de tener
hijos propios y experimentar el amor
filial y el instinto de protección.
Regresemos al Emperador con el número 4 marcado en sus piernas, su vínculo
con los cuatro elementos, las estaciones, geografía y gramática. Observemos el
predominio de su mano derecha, la razón, al contrario de la mano izquierda con
que la Emperatriz toma su cetro, la intuición que se encuentra al servicio de
Venus, esto es, el amor.
El Emperador suele quedar desplazado
por su ausencia o por la asentada labor de
la madre fuera del hogar, que le permite asumir roles tradicionalmente
masculinos.
Sin embargo, instintivamente, el
hijo buscará una guía masculina, un sensei que le enseñe los secretos del mundo,
un Homero que relate las aventuras de su pueblo, un Laertes que asuma la
defensa de su hijo.
Por el carácter tan estrecho del vínculo filial, la muerte del padre, de la madre o del
hijo/hija, entrañan un mazaso a la conciecia, una muerte parcial. Registro de
esas emociones encontramos en La mama morta, O mio babino caro, La mamá, Adios
Nonino y Con una pala y un sombrero.
La muerte de un hijo entraña un sufrimiento tan inefable que es campo del
silencio y la poesía
Lo que conozco de ti es tu luz
La marca de tu ternura en mi conciencia
Tu mirada sobre el oleaje
Joyas que crean tus manos
Te vi bailar con tacos de acero
Acercarte a mi con pasos de tango
Transformarte en espíritu del flamenco
Vaivén de tu sombra
Hermana espiritual de Violeta
Lo que conozco de ti es tu alegría
Oraciones que entregas al viento
Plenitud del Uno
Mesa que llenas con tus manos
Sal del aire e tus pasos de ballet
Hay presencia de luz
Viene el desayuno a tu nombre
Huelo tu pijama y tu sombra
El aroma del café
El huevo que amas al despertar
No dejo de estar en ti
Me sumo al latido de tu nombre
Voz grave de tu madre
Ideario de una niña con sus libros
Aprendiza de monja y maga
Orfebre el mercredi
Voz de luz entre gardenias
Alma qie conversa y aprende
No dejo de estar en ti
y me sumo a tu presencia
anudo estrellas a tu rostro
despierto cuando canta tu alma
No pienses que el país está perdido
Porque el país vive en tu luz
Reside en la alegría de tus actos
La bondad que recibes
La ronda de tu tribu al danzar
Si irradio paz
Habré cumplido con mi conciencia
Horadaré el silencio
Desplazaré a la muerte
El arte deja heridas en el tiempo
Alumbra galaxias de conciencia
El año de templanza
Nuestro lazo en la raíz de los siglos
Nuestto abrazo en la esperanza
Ya en el Museo apareció Jacob
El plato de lentejas
Una antigia piel de cordero
Jacob
Sus doce hijos en la plaza
Momento para el alma de Isidora
Cerca El Colón
Nuestra Escuela
Satie y la textura de su magia