17 de febrero de 2008

esposas de este siglo. Un relato pequeño burgués.





Debemos internalizar que las mujeres de este siglo nos piden un servicio completo.

Ya no basta con ser un buen amante ni con desplegar flores y poemas en cada jornada, ahora exigen el desayuno en la cama, el almuerzo a la hora correcta, la cocina bien limpia y oportunamente realizado el ciclo de la ropa, que incluye lavadora, secadora, plancha y clóset.

Obviamente todas esas labores domésticas no son una excusa para trabajar menos y dejar de pagar las cuentas de la casa. Aunque, tal como acota ella, desde su magnífica desnudez matinal, debemos reconocer que ya no exigen joyas, ni auto, ni vacaciones, porque les gusta conseguir todo ello por sus propios medios.

Si hemos tenido la bendición de un bebé, que vaya que cuesta convencerlas o pillarlas desprevenidas, habrá que despedirse de toda vida nocturna, pues el biberón cada tres horas y la mudanza de pañales, pasan a ser un rito cotidiano.

Es el correlato de la liberación femenina y de su ascenso social y cultural. Ahora, por mas mínimo que sea el atractivo que uno tenga, cuesta encontrar polola que carezca de doctorado en alguna universidad de excelencia internacional.

6 comentarios:

akemiakane dijo...

Mostraste la hilacha.tremendamente machista tu desahogo y justo un dia domingo en que te dio lata cambiar pañales."mi mamá lo hacía perfectamente y gracias a eso soy un hombre de verdad." " mi mamá no tenía doctorados guevones y no pensaba en la tontera de compartir la vida cotidiana"
contrata una nana compadre y elige ser burgues, la piezita que completa el puzzle.
Parecías ser un tipo especialmente amable y reflexivo. dejaste aflorar tu lado oscuro de milenaria discriminación.
uf...

Vigilia dijo...

Ojalá sólo haya sido el vómito de un mal día, aunque...

Indianguman dijo...

jajajaja
Ya era hora de que les tocara a ustedes, digo.


Oye: FELICIDADES POR TU GUAGÜITA!!!!

Roxi dijo...

Ja, ja, menos mal que aún no tengo un doctorado (aunque está dentro de los planes, of course) por ahora me salvo de ser aspirante a esposa de este siglo.
Leí en esto un reclamo encubierto, pero con mucha ironía y un sentido del humor bastante particular.
¿Seré media machista? Es que me reí bastante.
Discrepo con akemiakane, no considero que hayas mostrado la hilacha, no seamos graves, todos tenemos lados oscuros y esa es la gracia.
Este reclamo camuflado (ojo lectores que no necesariamente es autobiográfico el relato, pero Gonz puede aclararnos esa duda) te hace más humano, te muestra más cercano, revela otra faceta tuya, por que no todo en la vida es poesía y odas a la belleza y al amor. Por que a veces hay momentos malos, o simplemente estamos cansados y nos come la rutina.
¿cuál es el problema con eso?
Un abrazo y prueba la temperatura de la leche del biber{on en la mano, jajajajaja.
Besos, gracias por devolverme la imagen del polanco, con tu comentario me interné en ese pasillo, subí y al llegar arriba contemplé el puerto y la mar coqueteando con el sol
Ahora sí, chao!

akemiakane dijo...

La neurosis de la rutina empieza cuando creo que amamantar no es tan maravilloso como decían las revistas porque topa con mi doctorado.
Por eso mejor le damos mamadera pa que el compadre también participe y nosotras podamos tener control del doctorado y competir.
Como es pura competencia la mujer se agota y no es capaz de hacer desayuno.
como el compadre también se cansa se desahoga una mañana de domingo y se siente agobiado de competir.
y así el tipo no puede fugarse, fugarse en el sentido de salir de la enfermedad y le echa la culpa a esa cosa de "liberación femenina"
Simple: aquí el hombre está enojado porque la mujer no asume su naturaleza y no amamanta feliz a su hijo y feliz también aplica su doctorado.

Loredana Braghetto dijo...

pedimos un servicio completo?

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