29 de mayo de 2008

Realidad Paralela. Los orígenes.

Alonso de Ercilla



Andesia (1) , la Argentina occidental, fue un viejo puesto de frontera del Imperio de los Reyes Católicos.

Pero incluso desde antes, hubo dos tipos de habitantes, los que agachaban el moño y los otros, los de pluma parada. (Aunque nuestros padres ancestrales eran tan pobres que ni pluma tenían).

Hace 500 años, nuestra principal actividad económica consistía en reconstruir el país luego de los terremotos, las invasiones de la gente de la tierra (otro nombre de los que no agachaban el moño) o las crecidas de los ríos. (2)

Por razón de la chicha, la falta de tele y el deseo de escaparse del trabajo bajo el argumento de ser artistas, surgió entre nosotros un gremio extraño, el de los poetas.

Esta gallada denominó araucanos a los belicosos que insistían en su antigua libertad, nombró reinas a las minas encachadas, armó rondas entre los niños de Elqui y - pese a su holgazanería- fue forjando la fama de este fin de tierra.

El precursor de estos ñatos y uno de los más bacanes de todos los tiempos fue don Alonso de Ercilla, un paje de la Corte relegado a esta frontera por incitar deseos prohibidos en el monarca de dos mundos.

Entre las claves del éxito de este gremio de escribientes, debemos destacar el arte de mantener los versos al servicio de los moño parado y a la vez cobrar su renta con cargo a las arcas del imperio invasor, de cuyo ejército eran capitanes y tenientes. (3)

Así, Cervantes se ocupó de nuestras letras antes de escribir “El Quijote” y Shakespeare se entretuvo con los cuentos de la Patagonia antes de mandar a Ariel a desatar su Tempestad.

Desde entonces que nuestra realidad se ha construido a partir de la poesía.



(1)Nombre propuesto por Vicente Huidobro para América Latina.
(2) Tanto así que hasta ahora existe el Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción.
(3)Se aplica el viejo principio de mantener el corazón a la izquierda y la billetera a la derecha.

2 comentarios:

Isabel Barceló Chico dijo...

Siempre hay quienes se someten y quienes son sometidos a la fuerza, aunque conserven su dignidad y su conciencia de sí. Besos, querido amigo.

Roxi dijo...

Que juguetona esta crónica, el vocabulario en tono de academia pero con jerga popular entremedio, me gusta.
Además siempre es bueno recordar nuestro estremecedor poema épico (de los que no bajan la pluma). La imagen que siempre recuerdo es cuando Lautaro y guacolda se cuentan respectivamente sus sueños (bastante cargados de presagios funestos)
Hermosísimo
Un abrazo!

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años y años de blog!!!!