No lo dudes, los hombres no deben escribir poesía
Ojalá hubieran rechazado el fuego de Prometo
Quemado a Galileo
Encerrado en un cristal: el Árbol del Conocimiento
Bellacos, comenzaron por dibujar
Ahora viajan al firmamento
Enfrentan mis sentencias
Sostienen la mano de este látigo
Y hay otros que me desafían en el núcleo
Descienden girando hacia la izquierda
Buscan liberar al condenado
Rescatar la sonrisa de los niños
Liberar a Baco y jugar con Él bajo el sol
Ahora la pantera retorna
Las hembras caminan descalzas
Demuelen obeliscos y sombras
Ronda el baile por la ciudad.