Galvarino Vicencio Peralta
Ex Venerable Maestro de la Logia
Independencia
En mi cámara de reflexiones[1]
Marqué con certeza mi ambición
Mi esperanza de ser recordado
como un hombre de bien
En cinco ocasiones
fui elegido hospitalario
cargué en mi espíritu las
penurias de mis hermanos
les compartí los remedios de mi
Farmacia[2]
los asistí en sus quebrantos
conocí las cumbres del vocablo
hermandad
Al desencarnar
un temblor de pena derribó la
primavera de 1961
en la ciudad no hubo otra noticia
que mi ausencia
la logia ya no podría ser la
misma
ni el colegio de farmacéuticos
ni la insigne Asamblea Radical
Un cortejo de doscientas personas
siguió a mi féretro hasta Playa
Ancha
Estaba Humberto Molina Luco
El alcalde Gustavo Lorca Rojas
Infinidad de hermanos con sus
hojas de acacia
Rectores, mi familia, los
curiosos.
Ante mi tumba hablaron multitudes
y el Orador de mi querida
“Independencia”[3]
golpeó con sus verbos a la muerte
y ella con un gesto de elegancia
me besó en la boca
cerró mis ojos y me llamó
naturaleza
Valparaíso en 1959

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