Teodoro Boye Ramírez
Teodoro lleva nuestro
arte en su sangre
Recibió luz en
Antofagasta[1]
Allí donde el sol es
un vecino más
y la libertad se
siente extensa
como el desierto y nuestro
mar
Pronto regresó a Valparaíso
Donde hay un Boye en
cada cerro
En cada sala de escuela
laica
Cada Agencia de Viajes
Cada estudio dental
Cada Taller de Luz
Independencia
lo observó trabajar
sobre su alma
ejercer su alquimia
explorar el universo
de los libros
impulsar con su fuego
nuevos altares de paz
En “José Francisco
Vergara”
Se recuerda su
impronta
Lo mismo en “Helios” y
“Juan de Dios Arlegui”
En cada lazo de
conciencia
y en el alto ideal de
hermandad
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