29 de marzo de 2010

Bladimiro Bordones

Mi abuelo pasó convertido en un cometa,

fragmentos de luz que volaban hacia el mar,

una larga hilera de ciclistas,

imágenes que corrían desde la alta montaña

y el poderoso desierto.

¿Quién eras abuelito?

¿Cuántas personas fuiste?.


Bladimiro,

llevas el nombre de tu siglo,

te hiciste obrero, esposo,

padre, alma que recorre

los bosques y los templos

desde un animal de acero.


¿ Qué luz tuya llevo en mi alma?,

¿qué hay de tus manos en la piel de mi hija?

¿ dónde dejaste tus carreras hacia la escuela?,

el cielo de Atacama,

la poderosa presencia de nuestro pueblo

tus ojos de mar y de cielo.

1 comentario:

Unknown dijo...

El tata era un hombre muy especial que dejó mucho en cada uno de sus descendientes, pero la mayoría no lo sabe.
Él vive a través de nosotros y al mismo tiempo una parte de los que estamos vivos ha muerto con su partida.
Yo siempre recordaré a mi abuelo, lo que me enseñó con su actuar y con su dejar pasar, a veces lo extraño mucho y me gustaría poder escuchar de nuevo su voz, verlo sonreir, contemplar su rostro, o tan sólo saber que estaba ahí...

Pero sé que el no quería seguir así como estaba, sé que se fue como el cometa que describes, sé que ya no está, pero de alguna manera sigue estando aquí.
David

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años y años de blog!!!!