22 de marzo de 2010

hombre gris con guitarra





No puedo hablar, no tengo manos,

ni espíritu,

ni ganas de vencer al tedio.


Me fui volviendo un escombro,

apagándome,

dejándome sitiar por el miedo,

marchito, mínimo,

seco como un río de piedras,

desolado, sin amor, sin ganas.


Soy un hombre gris,

un ser que renunció a la bodas,

a los juicios, los poemas,

al pequeño calor de los abrazos.


Mi único bien es la guitarra,

la música me salva unos minutos,

me causa emociones,

me deja parir una palabra.







Este poema está inspirado en las relaciones ente "La Tempestad" de Shakespeare, el soneto de Beethoven asociado a la misma obra y la cinta "La vida de los otros", del director y guionista Florian Henckel von Donnersmarck.


La imagen corresponde a la obra de Picasso "Hombre con guitarra".

1 comentario:

José Antonio Fernández dijo...

Con música o sin música la palabra siempre sale, aunque a veces necesite algún empujón.
Un bonito poema.

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