3 de marzo de 2010

serpiente de mar






En Vichuquén terminaban las vacaciones,

la hermosa cabaña se dejaba besar por las olas

mientras los niños jugaban en sus motos de agua

y los mayores recorrían las playas

conversando y riendo.


Todos duermen y la tierra comienza su danza,

se abren los closets,

crujen las maderas,

se rompen los vidrios.


Termina el sismo y no hay tiempo de escapar,

el agua quiebra la cabaña en dos partes

y la lleva hacia los cerros,

la madre toma a los dos hijos pequeños,

los aprieta con toda el alma,

pero la muerte puede más,

los arranca de sus brazos,

destroza una familia,

un mundo,

una noche de estrellas.





La imagen es de autor anónimo y está en el registro de google.

3 comentarios:

Isabel Mª dijo...

Me cuesta horrores valorar literariamente lo que escribes últimamente, perdona Victor, estoy muy afectada, cada día nos bombardean con imágenes angustiantes. Un abrazo muy fuerte, ayudo económicamente enlo que puedo.

Voz Ruda dijo...

Dicen que el poeta escribe para entender el mundo. La muerte, la tragedia, la vida después de...
Tu blog es una crónica desde el dolor mismo.
Vengo diario, leo y me duele.

Gracias por mostrarnos esto, todo. A través de tus ojos trato de entender.

Un abrazo!

LA LOCA DE LA CASA dijo...

upps, las palabras de pronto no nos alcanzan...

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años y años de blog!!!!