Hay en mí varios Gonzalos.
Uno pequeño buscando romper sus calzones de goma
deslizándose desde la cama hacia el suelo.
bajando en canasto hacia otra casa.
cruzando agua sobre la espalda de su padre
durmiendo junto al corazón de su abuela
marchando desnudo hacia la calle.
Hay uno que juega canasta
golpea a su hermano
fluye en triciclo por los pasillos
vive en estado de sitio
vecino de bandos, exilios y fuegos.
Hay uno que camina junto a su abuelo
busca un farol entre libros
come ravioles
asiste al cine los domingos
corre largas distancias
nada 50 metros bajo el agua.
Hay uno que ama su Geometría
encuadra sucesos de la historia
aprende normas y dilemas
dice no a la tortura
viaja hacia la fuerza del pueblo
baila sobre noble alegría.
Hay uno romántico y torpe.
Obsesivo y místico.
No siempre sereno.
Voluble entre lágrimas y risa.
Hay uno que trabaja en la palabra.
Urdidor de silogismos.
Dardos de acero.
Evocaciones.
Cuerpos convertidos en letras.
Imágenes de otros senderos.
Hay otro que habita en el viento
comparte en un único fuego
traza su compás sobre el agua
ríe en la luz de otro cielo.
Hay uno que existe en su hija.
En sus ojos que cruzan los días.
Su calor tibio.
La infinita certeza de su alegría.