6 de febrero de 2010

los ojos en el sol






Hundo mis ojos en la arena

y encuentro al sol.


Mi padre lee, mi madre

canta y me abraza.

Llevo varios días

estrechando mi cuerpo al de ella,

buscando su calor,

sus palabras,

jugando a ser su sombra

y su mirada.


Ahora es de noche

y mi padre sueña con olas

que lo persiguen.

Me da risa,

es un niño que juega

a cavar pozos en la nada.

Me acerco a su oreja

y cuido su alma.







En la imagen: "Impresiòn. Salida del sol", de Claude Monet,
obra actualmente extraviada.

5 de febrero de 2010

primer día de vacaciones





El bosque crece entre las olas,

la calma , regalo de pescadores,

flota sobre los hombres

como último rayo de la tarde.


El agua es mi aliada,

no hay enfado que resista

a su música.


Se corrigen los humores,

aparece la risa, las velas,

la niña que expande su alegría.






En la imagen, obra de Dominec Pascual y Badía.

4 de febrero de 2010

esos extraños conejos blancos






En mi casa

hay un recinto lleno de conejos blancos,

usan mandiles rojos,

fuman pipas,

aman el te en los bulevares.


Pobres animales,

discuten, beben whisky,

agitan el hielo con sus dedos,

escuchan a Satie y Bartók,

van de compras, comen carne.


Tienen piel que huele a humo,

llevan siempre sus condones verdes

rezan, apuestan,

van al Derby en días de sol.


Mis conejos maldicen,

cocinan, escupen,

deben millones en el almacén.









En la imagen, una ilustración del conejo blanco de Alicia en el País de las Maravillas.

Este poema está asociado al conejo que Isidora dice ver en nuestra casa.

3 de febrero de 2010

Haití





Gonzalo, si realmente tuvieras cojones,

estarías cavando tumbas en Haití,

limpiando heridas, cocinando,

castigando a la muerte,

visitando a tu abuelo.


Peón en ejército de ciegos,

esclavo del goce,

hombre indiferente al hombre,

ser de piedra,

espíritu de sal.


Cerca de ti: moscas llenan la carne,

la luna devora los cuerpos,

ratones entran y salen del cielo.


Los ángeles tocan tu puerta

y no escuchas,

no abres tu alma a las estrellas

no dejas que tus ojos lleguen al mar.





La imagen corresponde a una obra de Etienne Chavannes, pintor haitiano.

2 de febrero de 2010

Isidora ríe




Isidora está llena de risas,

hay carcajadas de ella

en cada espacio de la casa,

en las calles de Recreo,

en la bañera, los rosales,

la mirada de su madre.


Ella corre,

da nombre a las cosas,

duerme en los aviones

dice papá,

princesa,

mojada!!!!


La niña canta en azul

camina sobre zapatos grandes,

imita, aplaude, llora,

se esconde,

muestra su alma

los días martes.

1 de febrero de 2010

Pía Gómez




Pía improvisa los silencios,

gobierna la semana,

es feria de colores,

columna de danzas,

mujer de banderas y cantos.



Se enamora de los pájaros,

traspasa las almas,

conoce la distancia

entre alegría y espanto.


Ama la tierra, los barcos,

sus abuelos,

las manos de los hombres,

la palabra esperanza.


Ella tiene los dedos largos,

camina descalza en las ciudades,

crece en días oscuros,

da luz cuando falta un abrazo.







La foto proviene del facebook de Pía.

31 de enero de 2010

Sofía ha regresado





Sofía ha regresado.

Vuelve para mirar estrellas,

aceptar su luz,

rezar, jugar acertijos,

comer chocolates y naranjas.



Viene con sus cinco años

llenos de alegrías,

con sus vestidos blancos,

sus caminatas sobre el techo,

su vida sin cumpleaños.



Vuelve amiga del sol,

plena de desiertos,

armada con la magia de Antofagasta.



Regresa mucho más grande,

más morena, más actriz,

suavemente tierna,

hundida en el alma

de sus padres.








En la imagen, "Madre e hijo", de Klimt.

30 de enero de 2010

Marat






Periodista apuñalado.

Iniciado en los misterios.

Médico apoyando las masacres.

Oculista asesinado en su bañera.

Regalaba sus bienes,

odió a Lavoisier,

su casa estaba abierta al pueblo.


Filósofo escondido en catacumbas.

Hombre pidiendo dictadura,

marca nombres para la muerte,

la tempestad lo lleva,

otro asesino en la guerra.


Dicen que fue un Cristo,

odió a los reyes,

los nobles, los sacerdotes,

los ricos y los mediocres.


Fue un santo,

un fanático,

seguía a Beccaria,

escribió en “La Segunda”

y en “El Mercurio”.



Fue un santo,

pero no tan bajo,

no tan cobarde,

no tan gris.








En la Imagen “Marat”, de Louis Jacques David, 1793.

29 de enero de 2010

Iglesia del Hombre





La Iglesia del Hombre

se llama amor,

respeto, búsqueda.


Caben aquí las diferencias,

los libros, Raquel,

las leyendas.


Caben los sufis y Sócrates,

el perdón de Cristo,

los pillanes,

las columnas del Templo.


Cabe el Dharma,

los científicos,

el agua, el aire,

los delfines,

el viejo fuego.


En este arte

no hay copas para el desprecio,

la guerra,

el odio a los diferentes.



No hay luz para

sentirse superiores,

exclusivos,

supremos dueños.



La imagen de Rumi, de autor que desconozco, proviene de este sitio.


Hoy nos juntamos en esa Iglesia.

28 de enero de 2010

The End





Abro el pequeño paquete de cartón

y en el fondo,

bajo una capa de papel blanco,

aparece la Luna.


Sus rayos de plata

llenan la sala,

desbordan la casa,

tocan los lejanos bosques.


Me preocupo,

con cuidado cierro la caja,

reviso los regalos grandes,

doy de comer a los gatos.


Es tarde, salgo al patio

y con un leve temblor en el pecho

busco a la madre de los aires.


Todo se ha perdido,

las estrellas marchan a otro cielo,

la Luna descansa sobre mi alfombra,

todas las lámparas estallan.





En las imágenes citamos una obra de Roberto Matta y "El quinto sello", de El Greco.

27 de enero de 2010

El matrimonio Arnolfini





Ante todo,

vi el poder del banquero Arnolfini,

su fuerza que viene de los barcos

y flota sobre los cuerpos

en aquel cuarto de Brujas,

disponiendo roles,

gobernando a Jeanne

y al hombre que pinta.



Vi la riqueza forjando la vida,

abrigando el lecho,

comprando reflejos,

sosteniendo un instante

en todos los momentos.



Vi las tablas del piso,

las gárgolas,

la manzana,

las naranjas,

la cama roja,

la única vela que prende.



Vi el espejo circular y convexo,

su borde azul,

un hombre crucificado,

la luz en la ciudad de los muelles.


Vi al artista,

las dos ventanas,

la alfombra,

el paraíso del Islam,

la ley que prohíbe pintar al ego.


Vi la santa y el dragón,

los zuecos, el rosario,

las zapatillas rojas,

la mujer que limpia la cama.


Vi el perro fiel,

las manos,

las mangas gigantes,

el pelo amarrado,

la promesa rota,

la boda en secreto.




Johannes de eyck fuit hic

y vió al dragón triunfando,

porque ella nunca tuvo hijos,

jamás usó ese vestido verde,

creció hacia adentro,

evitó ahogarse en aquel aceite.








La imagen, obtenida en Wikipedia, es una reproducción de "El matrimonio Arnolfini", de Jean van Eyck. La obra está fechada en 1434. Haga clic sobre la imagen para apreciarla con mayor nitidez.

26 de enero de 2010

llegas a robar mi alma




¿sobre qué verdad usas mi cuerpo?

¿en qué secreto te apoyas?

¿bajo qué humedad?



miro mi piel y veo rastros de tus ojos,

viene tu ritmo,

el cielo que vive en tu boca,

los rayos que salen de ti,

tu espíritu caminando entre mis brazos.


llegas y tomas de mí

la sonrisa de nuevos niños,

sus bicicletas,

las ganas de vencer el agua.


llegas ardiendo en tu desnudez,

derramando fuerza,

borrando,

extinguiendo el tiempo.







En la imagen, "Gabrielle con la camisa abierta", de Renoir.

25 de enero de 2010

Medea lleva a Isidora a la Casa Milà






¿Qué se repara con tus ojos?,

la pregunta camina por mi alma

mientras busco la mamadera extraviada

y construyo el amanecer

colocando flores en el pelo de Isidora.



Miro los pies de nuestra hija

y sus pequeños dedos

me recuerdan las formas

de Gaudí.


Los deditos me han regresado al mundo,

la niña juega con pulseras y espejos,

tras escuchar sobre Medea

y el comienzo de su tragedia.


Pienso en el Rey de Cólquide,

en la hija que marcha con el enemigo,

en la madre bañando a sus hijos antes de matarlos.


Son raros estos cuentos para niños,

le duelen a los padres,

espantan a los deditos,

a los dragones, a los techos de Cataluña.

24 de enero de 2010

Boda






Ayer, en la Casa del Hipocampo,

sobre la playa de Cau Cau,

mediante el laico rito

un dulce rocío

hizo florecer nuestra unión.


Antes de la hora sexta,

todos descendimos

un abismo hacia el mar,

los árboles oscurecían el camino,

las aguas rugían en el centro.


Los testigos gobernaron

las olas con su mirada

y el blanco de las ropas

condujo al sol

sobre nuestros cuerpos,

nos elevó,

nos llenó de alegría

junto a Isidora.


En la boda habló Gibran,

Carolina leyó unas leyes

y un poema voló sobre nuestros cuerpos.


Luego vino el banquete

los besos,

la vida que triunfa

y sana.






La única invitada fue Isidora, los testigos fueron Esteban y Tatiana, la Oficial Civil fue M. Carolina.

23 de enero de 2010

¿Por qué me amas?







Te amo porque llevo tu ser en mi alma; porque no mientes y eres océano, agua, espíritu que ruge y piensa, río incansable, mujer que abraza.

Te amo porque llevas mi ser en tu alma, somos padres de la misma sonrisa, guardianes de una vida, lectores de cuentos al atardecer.

Te amo porque usas lentes grandes y oscuros, porque estabas escrita en mis sueños, anunciada, dibujada en mi libro interior.

Te amo, aunque maldices en las calles, te enfadas por lo pequeño, odias mi desorden, te alejas de las fiestas, no marchas de rojo en las calles, no esperas al sol.

Te amo, porque me gustan tus manos a la hora del café, tu forma de beber la primavera, tus zapatos, tus películas inglesas, tus ansias sencillas de jugar.

Te amo porque nace de mí, simplemente, como viento que llega del mar, rayo que vence a la noche, pueblo que despierta al amanecer.

Te amo porque lees mis ojos y eres vertiente de alegría, latido, día sin bordes, lluvia que calma mi pena.






En la imagen "Gabrielle et Jean", de Renoir.

22 de enero de 2010

Mañana en la casa del Hipocampo.






Desde mañana dejo este planeta,

comenzaré a vivir sin reloj,

sin teléfono,

sin nada ordinario sobre mi cuerpo.



Pasada la hora sexta,

me vestiré de blanco,

de agua,

de labios, de cuerpo.



Mañana en la playa,

seré rostro y tu los ojos,

seré pan y tu la vida,

seré la piedra y tu el templo.



Entonces,

cuando todos los niños sonrían,

hundiré mi mano en tu alma,

rescataré el tesoro,

comenzarán las bodas.



Mañana, sin que nadie lo note,

al norte de Valparaíso,

sin que nadie llore.

Como en Verona, pero con más calma.





Mi afán de dártelo todo
es tan profundo y tan sin límite
como los abismos y las olas del mar.
¡Cuando más te doy, más quisiera darte!

Te sigo y te busco,
porque nada es bueno en el mundo
cuando faltan tus rayos.

Te miro
y eres el sol
que inventa mis mañanas,
tus ojos avergüenzan a los astros
como la luz del día
a mi simple lámpara.

Háblame ángel resplandeciente,
cuéntame del agua,
de sus números, de la lluvia,
escribe tu vida sobre
mi alma,
aquí encontrarás tu libro,
tu espacio, tu barca.


Deja que ligeras alas de amor
nos conduzcan en su alegría
hasta que nuestros nombres
dejen de importarle a los hombres
y nuestras almas hagan su boda
en las profundas aguas.


En la imagen "Julieta", Waterhouse, 1898.

21 de enero de 2010

Himeneo





Voy con mis palabras

que son armas de paz,

con mi orgullo,

que es tu amor,

tu amor

y la dignidad respetada.



Voy al borde del mar

a construir un pacto,

para estar donde tu marches,

para escuchar tus días,

para cuidar tus tardes.



Voy para perdonar,

para transigir y ordenar,

para arreglar enchufes

y llaves, para cocinar

con prudencia,

para jugar con los

niños

al atardecer.



Llevo mi trabajo,

mis artes,

las estrellas que voy

encontrando

en mi ser,

mi alegría,

mis heridas,

mi historia.


Voy seguido

por un hipocampo

y un delfín.

Coincidencias que

me hablan

y me dejan en silencio

junto a Baco y Apolo.









En la imagen: "Hymenaeus", de Poussin.

20 de enero de 2010

La Negra, mi amiga Carla Jofré.







Nada baja del cielo,

salvo tus ojos

cuando comparten su alegría.



Nada es eterno,

salvo tus abrazos,

tu copa en América,

tu cuaderno interior.


Compleja, hay ciudades grises

en tu alma, hay lluvia,

siempre hay música,

hay espíritus que vienen del sol.



Negra, te persigue

el deseo de los hombres y

de las amigas,

hay miradas que te palpan,

hay fuerzas que te buscan

a toda hora.



Mira: te rondan ángeles que

adoran tus noches.

Huidobro crece en

tu pelo. Hay años que

lloran de amor por ti.



Me gusta mirarte cuando hablas

y dejas tu pasión en el aire

y brota tu perfume

y viertes rebeldía en gotas de dulzura.



Me alegro cuando abrazas a Pía y a Gaby,

cuando caminas sobre el mar,

cuando te sientas en mi cama azul.


Me gusta cuando lloras,

porque luego vendrá la alegría.


Me gusta cuando llegan

almas a buscar tu calor

y tu las abrigas,

las mimas,

dejas que se embriaguen

de ti.



Me gusta cuando perdonas,

porque así me enseñas,

porque así eres vida.

19 de enero de 2010

Al estilo de Shakesperae




Dedicado al Calibán que hay en mi y en mi pueblo.



Gonzalo, amargado de mierda,

que el rocío que barrìa mi madre

sobre los baños de las mansiones

te inunde a ti y a tu obra,

que un viento del sudeste

sople sobre ti y te cubra la piel

de úlceras.


Querido Hermano,

los obreros de igualdad

lucharon siglos para

crear la escuela que te enseñó a hablar

y el único provecho que has obtenido

es saber maldecir.



A cada instante se te ha enseñado

una cosa u otra, incluso el nombre

de la gran luz y el de la pequeña

que ilumina el día y la noche.

Mucho se te ha dado,

pero sólo te conmueven los latigazos,

no la bondad.


Hermano, se que toda esta tierra

te pertenece por tus padres,

que desde siempre

vienen cultivando los huertos,

construyendo las cisternas,

elevando torres sin cesar.

Todo es tuyo y todo se te niega.


Se que tu alma está llena de ira,

los hombres que salvaron los libros

desde las llamas: te desprecian,

te excluyen de sus brindis

de sus viajes, de sus poemas,

te tratan como un niño,

un esclavo, una pequeña

masa de arcilla

para trabajar sobre ella

y rogar su voto.


No alguien para escuchar.

No alguien para abrazar.


Se que por ello prefieres el gobierno

de los dioses que poseen la tierra,

son menos hipócritas

más claros en sus objetivos,

más cercanos a ti.


Pero. ¿Recuerdas?

de joven alguna esperanza abrigabas,

antes de que te rechazaran

las sílfides de los ríos y de los bosques

y huyeran de ti aquellos duendecillos

que en el claro de luna

trazan círculos de hierbas amargas

y se solazan al oír la noche

apoderarse de la ciudad.


Vamos, ven a quemar mis volúmenes,

los instrumentos que hacen la música

la belleza que escondo en mis muros.

Hazlo y verás que así borras tus dedos,

tu lengua, tu propia alma.
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